El teatro en la independencia: piezas teatrales

362 GUILLERMO UGARTE CHAMORRO O'Higgins.- ¡Cantar la victoria! ¿cómo? San Martín.- ¿Cómo mi amigo? comiendo! ¿quiere usted saber el cómo? escúcheme en un momento. O'Higgins.- Escucharé a V.E. por alcanzar el remedio. San Martín.- Director, no hai que temer : vamos al caso: sentémonos. La libertad de América soñada del Plata en las provincias tomó cuerpo, sosteniéndose a costa de la sangre de todos sus vecinos i sus pueblos . El nombre de patriota se ha esmaltado en todo corazón con tal esmero, que es indeleble aun en la dura muerte tanto en los nobles, como en los plebeyos todos ponen sus bienes i sus vidas por salir con el logro del intento, rompiendo la cadena de la Patria i los infames grillos sacudiendo, estusiasmados los vivientes todos, caminan a manera de carneros, a ser víctimas tristes de la infamia en las funestas aras de los yerros. Ellos son los que mueren, Director, i nosotros nadita que perdemos, ántes ganamos mucho con su muerte, pues nos apoderamos de los pelos del jóven, del anciano i de todo hombre bien que sea casado o sea soltero. Rico nuestro tesoro en nuestras arcas, si por acaso la nación perdemos marcharemos al pronto a Filadelfia, que es madre general de los protervos. Allá, mi amigo, viviremos juntos, i de toda quietud disfrutaremos, sin ver alteración en el reposo que la suerte prepara a nuestro esmero. O'Higgins.- ¿I qué haremos para ello, Jeneral?

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