El teatro en la independencia: piezas teatrales

XLVIII GUILLERMO UGARTE CHAMORRO dero el teatro -escribió el Fraile de la Buena Muerte- única– mente como una escuela pública y bajo este respecto es innega– ble que la musa dramática es grande instrumento en las manos de la política" (La Aurora de Chile, t. 1<:, N<: 31, Santiago de Chile, 10 de setiembre de 1812).. El artículo 177 sugería claramente -por primera vez en Chile- el establecimiento de un repertorio o biblioteca de teatro, y la creación de concursos anuales de obras dramáticas: "Se for– mará una colección selecta de piezas dramáticas de la clase que previene el artículo anterior; y a más se establecerá premios anua– les para las mejores piezas de esta clase". Vinculado, en cierto aspecto, a los espectáculos teatrales y ha– ciéndonos recordar el carácter de varias danzas peruanas preco– lombinas y coloniales, el artículo 180 establecía: "Lan danzas na– cionales y todas las que acompañen las fiestas públicas, serán siempre alegóricas y represen'tativas de los sucesos gloriosos de la nación, de los triunfos de la virtud, desgracias del vicio y ho– nores a los benefactores de la humanidad, procurando acompa– ñarlas con cantares que expliquen estas acciones". Algunos artículos del Título X que trata de las Fiestas cívicas y honores que en ellas reciben los beneméritos, se relacionan tam– bién, con el arte dramático. Cuatro eran las fiestas oficiales que anualmente debían cele– brarse con gran pompa exterior. Ellas eran denominadas de la Beneficencia Pública, de la Justicia y Moralidad Pública, de la Agricultura e Industria Nacional, y de la Gratitud Nacional. La Fiesta de la Beneficencia Pública debía efectuarse el 12 de febrero, aniversario de la batalla de Chacabuco, y estaba des– tinada a honrar a los ciudadanos que más hubiesen contribuido a la prosperidad nacional. Su riguroso ceremonial disponía la rea– lización de "espectáculos dramáticos dirigidos especialmente a hon– rar y excitar las virtudes que forman la fiesta del día" (art. 287). La Fiesta de la Justicia y Moralidad debía celebrarse el 5 de abril, en memoria de la batalla de Maypú y en homenaje a los magistrados. Después de las condecoraciones respectivas, el acom– pañamiento pasaría a "un magnífico teatro o semicírculo formado en la plaza" en la que se levantaría un gran trono con la estatua de la Justicia y en cuyas primeras gradas se colocarían las esta– tuas siguientes: la de Isaac postrado a los pies de su padre, en alegoría de la sumisión filial; la de Bruto en el momento de con– denar a sus hijos, en alegoría de la integridad moral de los ma– gistrados; la de Leonidas en el paso de las Termópilas, en alego-

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