El teatro en la independencia: piezas teatrales
386 GUI!iERMO UGARTE CHAMORRO Consérvame a Fernando, Dios piadoso, que deje sucesor para sus reinos, pues de Borbón la estirpe esclarecida, es lo que quiere Lima en todo tiempo. Yo soi la capital de las provincias del reino de los Reyes, i mi anhelo solo aspira a ser fiel hasta que vengas a juzgarme, señor, el día postrero. Ampárame, mi Dios, en todo trance; vuestro auxilio me valga en todo tiempo, que la ley que de España me mandaste sin mancha la menor, firme conservo. A tu deidad he sido tributaria. Llano, Rosa, Toribio Mogrovejo, de mi lealtad, señor, son los garantes, las flores que te he dado de mi suelo, de mi suelo fecundo i siempre firme en la alta observación de tus preceptos. Yo, Lima, protectora de la causa, que miro santa, i que por tal defiendo, pues en ella conozco la lei sacra, el órden acordado a los pueblos, la justicia del cielo descendida i de mi soberano los derechos. ¿Mas qué ruido he sentido que suspende de mi deprecación el tierno acento? Sale el vijía. Vijía.- Lima.- Vijía.- Yo soy, señora, con lijeros pasos acabo de llegar ahora del puerto. Y bien ¿qué quieres? de decir acaba. Soi vijía que observo en San Lorenzo: allí ha vuelto el corsario i ha saqueado incendiando también después el puerto. Lo <lemas que él pretende o que él intenta, declarado ha de estar en este pliego. Le da un pliego a Lima que lee lo siguiente:
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