El teatro en la independencia: piezas teatrales

LIV GUILLERMO UGARTE CHAMORRO MONTEAGUDO El prócer americano José Bernardo Monteagudo (Tucumán 1789?-Lima 1825), se puso también al servicio del teatro como tribuna de las ideas revolucionarias, en Chuquisaca, Buenos Ai– res y Lima. En Chuquisaca, compuso en· 1808 el Diálogo entre Atahualpa y Fernando VII en los Campos Elíseos. Según Juan María Gutié– rrez (1), fue Monteagudo quien, en 1804 y en Buenos Aires, tradujo al castellano y publicó la tragedia, escrita en verso portugués por Vicente Pedro Velasco da Cunha (2), El Triunfo de la Naturaleza (Buenos Aires, Imprenta de Niños Expósitos, 1814, 72 pp.). Y en Lima, como Ministro del General San Martín, Monteagudo fue, en 1821 y 1822, uno de los más decididos y tenaces refarmadores del teatro limeño, procurando adecuarlo, en sus formas y en su esen– cia, a la vida independiente que iniciaba el Perú. El fue, segura– mente, el inspirador y redactor de la histórica nota oficial del 31 de diciembre de 1821 que declaró que el arte escénico en el Perú no irrogaba infamia a quien lo profesaba (Gaceta del Gobierno, t. 2?, N? 1, 2 de enero de 1822). Existe, además, una interesante do– cumentación -que pronto publicaremos- relativa a la personal participación del General San Martín y de Monteagudo en la in– troducción de importantes mejoras en el coliseo de comedias de Lima y, especialmente, en la construcción de un cómodo Café, anexo al local del coliseo. Las escenas de El Triunfo de la Naturaleza transcurren en la ciudad de Quito. Sus personajes principales son Ataliba (Atahual– pa), "Rey de una parte del Perú, que se llama Quito"; Cara, vir– gen del Sol; Palmar, padre de Cara; Amazila, confidente de Cara; Alonso de Malina, conquistador español; el obispo Bartolomé de Las Casas; y el Sumo Sacerdote del Sol. El argumento de la tragedia es el siguien'te: Alonso de Malina salva a Cara de las llamas que consumían el convento en que, por voluntad de sus padres, se hallaba consagrada al culto del Sol. Co– ra y Alonso se aman apasionadamente y huyen al campo en don- (1) Crítico, historiador y poeta argentino (1809-1878). (2) En esa publicación apareció con el nombre equivocado de Vicente Pedro Nolasco de Acuña. El error se siguió repitiendo hasta que fue acla– rado por Ernesto Morales (Historia del Teatro Argentino, Buenos Aires, 1944, p. 85).

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx