El teatro en la independencia: piezas teatrales
EL TEATRO EN LA INDEPENDENCIA LV de se entregan a las efusiones del amor. Ataliba accede al pedido del Sumo Sacerdote de sacrificar a Cara y al padre de ésta, a fin de desagraviar a los dioses. Fray Bartolomé de Las Casas, luego de recibir de Alon·so la confesión de su profundo amor a Cara, lo– gra que el Inca perdone a quienes iban a ser víctimas de la su– perstición. El Sumo Sacerdote reprueba la conducta de Ataliba y lo maldice. El Inca, abrumado y arrepentido, ordena nuevamente el sacrificio de Cara y de su padre. Cuando éstos se dirigen a la hoguera, son sorpresivamente liberados por Alonso y por el obis– po de Las Casas y su séquito. Ello significa el triunfo del amor y. . . el triunfo de la n'atualeza. Mariano G. Bosch cuenta que el estreno de esta obra en Bue– nos Aires, el 25 de mayo de 1815, "tuvo gran resonancia en la ciu– dad, más por la explicación que de ella daban los prospectos re– partidos, y que luego constituyeron el prólogo del libro editado, que por el drama mismo". (Historia del Teatro de Buenos Aires, Buenos Aires, 1910, pp. 60-61). El traductor y prologuista expresó: "ofrezco al pueblo de Bue– nos Aires la traducción de esta tragedia [para] que lo entreten'ga e ilustre en su teatro y ,sustituya, con las demás piezas modernas que se van acopiando, las indecentes representaciones con que se ha profanado hasta nuestra feliz época, esta primera escuela de costumbre de un pueblo civilizado". En Santiago de Chile, esta versión de El Triunfo de la Natu– raleza se representó el 20 de agosto de 1819 en celebración del cum– pleaños del Director Supremo, don Bernardo O'Higgins y en las mismas horas en que se hacían a la vela los últimos barcos de la Expedición Libertadora del Perú. Conviene recordar que esta traducción ha sido atribuida tam– bién al autor peruano Luis Ambrosio Morante y al escritor argen'– tino Ambrosio Mitre, y que Ricardo_ Rojas, escribió: "La traduc– ción de este drama de tesis contra la vida monacal le ha sido atri– buída (a Monteagudo) por casi todos sus biógrafos, pero no co– nozco pruebas de dicha atribución". (Historia de la Literatura Ar– gentina, tercera edición, Editorial Losada S.A., Buenos Aires, 1948, p. 46). Nosotros podríamos asegurar que el traductor no fue nuestro compatriota por conocer de él un comunicado periodístico que pu– blicó en 1819, o sea cinco años después de la aparición de El triun– fo de la Naturaleza. En dicho comunicado, Morante declara que desconoce la lengua portuguesa: "No poseo memoria -dice- n'i
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