El teatro en la independencia: piezas teatrales

EL TEATRO EN LA INDEPENDENCIA • LXXVII zas. Es lamentable que hoy se desconozcan estas composiciones musicales y el nombre de su autor. El drama en cinco actos y en verso Túpac Amaru es la mejor de las producciones teatrales de Morante y ha sido calificado co– mo "el primer drama auténticamente indigenista y que expresa cort mayor fuerza el deseo de reivindicación social" (Aída Comet– ta Manzzoni), "la mejor obra del teatro neoclásico argentino'' (Ro– sanna Cavazzana) y "la más feliz de nuestra escena revoluciona– ria" (Arturo Berenguer Carisomo). Es también la primera pieza escénica que trata del inmortal rebelde y de Micaela Bastidas, su mujer. Fue escrita a sólo cuarenta años del suplicio y la muerte de ambos. Sorprende en verdad que, a pesar de tan excepciona– les atributos, esta obra peruanísima haya permanecido, hasta hoy, prácticamente ignorada en el Perú. Con el título de La revolución de Túpac Amaru se estrenó el 25 de mayo de 1821, en el Coliseo Provisional bonaerense y en fun– ción celebratoria del "cumpleaños de la regeneración de Buenos Aires". El siguiente 2 de junio, El Argos comentó: "El día 25 se representó una pieza nueva titulada La re– volución de Túpac Amaru. Se atribuye a la pluma de Moran– te, y si es así no podemos menos de felicitarle por la mejo– ra notable de su estilo, aun cuando la felicitación no debe ex– tenderse a más. La obra tiene defectos ert que el autor no de– bió incurrir si es original, y que debió haber enmendado el traductor, si no lo es. La pieza parece francesa; y a la ver– dad que en París solo podrá permitirse al autor que muda– se un suceso histórico, casi desconocido en aquellos habitan– tes, para darle mayor interés teatral: -es tan grande la dis– tancia entre Francia y el Perú- tan corta la comunicación, que los hechos se encubren con un velo tan espeso como el que se interpone entre ellos y los siglos. Pero en Buenos ,Ai– res en donde la revolución de Túpac Amaru se considera co– mo doméstica y del día anterior, debía representarse con fi– delidad, o no hacerse. . . Túpac Amaru tiene otro defecto: los discursos jamás acaban y sabe muy bien el señor Morante que las pláticas no se han hecho para las tablas; este defecto po– drá corregirse antes que la pieza vuelva a representarse. Mo– rante desempeñó el papel de Túpac Amaru del modo más in– teresante . .. "

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