El teatro en la independencia: piezas teatrales
EL TEATRO EN LA INDEPENDENCIA LXXXIII 1 solemnes honras fúnebres sólo habían podido realizarse el día an– terior y a poco más de un año de su oscuro fallecimiento. En el palco oficial estuvieron Martín Rodríguez, Gobernador de Buenos Aires, el General Bernardino Rivadavia y Manuel de Sarracea. Mo– rante encarnó la figura del General Belgrano y en el reparto lo acompañaron los mejores actores que en ese tiempo actuaban en Buenos Aires: Ventura Ortega, Joaquín Culebras, Felipe David, Francisco Velarde, Joaquín Ramírez, Juan Diez y José Antonio Viera (el "pardo" Viera). No deja de extrañar que Bartolomé Mitre en el relato que hizo de las ceremonias fúnebres realizadas en honor del vencedor de Salta y Tucumán no se refiriese a tan importante actuación teatral. Da cuenta, en cambio, de otra ofrecida algunos días después y en la que la sombra de Belgrano se descubrió "en el templo de la in– mortalidad" y su cabeza fue "coronada por la mano de los Dioses del mundo antiguo". (Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina, tomo III, capítulo XLVII, Buenos Aires, 1887, p. 581). Esta obra de teatro histórico se repuso en el mismo escenario de su estreno, el 31 de diciembre de 1833. El hecho de anunciarse dos actos en la primera página del original y de conservarse uno solo, al final del cual se lee "Fin del acto 1?", ha planteado los dilemas de si la obra tuvo uno o dos actos, si el segundo se perdió, o si, tratándose de una pieza de cir– cunstancias -escrita "rápidamente", según Bosch- la premura del tiempo imposibilitó su conclusión. Se ha señalado, al respec– to, que la obra termina con la "defensa" y no con el "triunfo" del' Tucumán. Binayán insinúa la posibilidad de que la indicación "Fin del acto 1<:" sea un lapsus calarni y que el único existente comprenda los dos anunciados: el segundo comenzaría inmediata– mente después de la anotación de "pito", que solía significar la caída . del telón. La acción del primer cuadro transcw:re en el Campo de la Carrera, cerca de la ciudad del Tucumán. El segun– do cuadro -o segundo acto según la insinuación de Binayán- se desarrolla en la Plaza del Tucumán. El comentario adverso que el estreno le mereció al exi– gente y cultista crítico de El Argos ( N<: 16, del 4 de agosto de 1821) pudo estar influido por las escenas de evidente carácter popular de la pieza, carácter que, en realidad, constituye una de sus ma-. yores virtudes. Según Rosanrta Cavazzana, Defensa y Triunfo del Tucumán, además de ser la más representativa del "teatro militar" argentino, muestra la originalidad de unir los elementos cultos y serios con los populares y picarescos de buen cuño, y tiene diálogos
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