Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
INVASIONES INGLESAS E!>l EL RIO DE LA PLATA 9 ·- unos dos mil hombres de línea, entre ellos al bravo regimiento "Real escocés N<.> 71, ascendiente a novecientas plazas; cuerpo que, manda– do por el bizarro coronel Pack, había, años antes, constituído el núcleo de la resistencia de San Juan de Acre contra el ejército que el entonces general Bonaparte llevara de Egipto a Siria, en su plan de invadir la India inglesa y someterla siguiendo las huellas de Ale– jandro. Era Popham el supremo director de la Empresa, según se acaba de decir; y Beresford el general en jefe del ejército de pene– tración. Tras un viaje feliz, la escuadra invasora fue primero avistada desde Montevideo, y más tarde (25 de junio) desde la descuidada metrópoli del Plata, conmovida ante la presentación de aquellas na– ves desconocidas, y por supuesto incapaz de adivinar y de medir el alcance envuelto en la repentina aparición que hacían en sus aguas. V Tenía a la sazón Buenos Aires unos sesenta y cinco mil pobla– dores, que gobernaba el virrey don Rafael Márquez de Sobremonte hombre cobarde e inepto, y, por eso mismo, dignísimo representante del monarca que, hacia esos días, empuñaba débilmente las riendas del vasto poder peninsular. Maldito si el tal regente vislumbró la necesidad de observar cuáles fueron el objetivo y el destino de la flota intrusa, ni de tomar medidas elementales en tal sentido, siquie– ra sirviesen para noticiar de las cosas a su príncipe, cumpliendo en ello con los más rudimentarios deberes de todo gobernante. En– tretanto, Beresford y sus fuerzas desembarcaban el 26 en el Pañado (8) de Quilmes, a cuatro leguas de Buenos Aires; el 27 coronaban las lomadas del sur y avanzaban hasta Barracas (9); y el 28, al mediodía, (sin otro alarde de defensa que el incendio del puente de Gálvez por el subinspector de las fuerzas don Pedro Arco) entre el asombro y el pánico de la capital platense que su virrey desampara– ra despavorido, retirándose primero al hospital de Barbones, y des– pués, cuatro leguas adentro, al cerro de Castro y a Luján, los conquistadores penetraban, desplegados en doble guerrilla paralela, por la calle de la Residencia (10), hasta ocupar el fuerte, la catedral y sus torres, la Plaza de Armas y el teatro o "casa de comedias", (8) Tierra cenagosa, humedecida o enfangada por las salidas del río o por las lluvias, y que, por su planicidad casi perfecta, e.s difícil de desecar. (9) Barriada sur de Buenos Aires hoy ciudad Avellaneda, así llamada en recuerdo y honra del presidente argentino de ese apellido. Encierra hoy unos 30,000 habitantes. (10) Hoy de la Defensa.
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