Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
32 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ direcciones; toman el fuerte, sacan de él al vencedor del 12 de agos– to y del 5 de julio; y paséanle en hombros y en triunfo, por toda la ciudad; truenan por calles y plazas a los gritos de "¡Viva Liniers! ¡vivan los criollos! ¡vivan los patricios y arribeños! ¡muera Alzaga! ¡muera Elió! ¡abajo los godos!"; y partidas expedidas con diversos rumbos, persiguen, buscan y, apresan a Alzaga y a sus principales adherentes, inmediatamente enviados al presidio de los Patagones, del cual, días después, son violentamente extraídos por una embar– cación que, con fuerzas de su confianza despide el gobernador Elió para libertarles y llevarlos a Montevideo. Los criollos quedan dueños y señores de la situación, que, por timidez congénita en quienes todavía no han reñido enteramente con la sumisión histórica, no extreman hasta la emancipación total. VIII La Junta Central de Cádiz recibe los partes, exposiciones y que– jas de los dos bandos. Elió, para los unos, es un rebelde, cuyo mal ejemplo será triste iniciación de una deplorable anarquía colonial. Liniers, para los otros, es un traidor reincidente y doble: de un lado, conspira a favor de Francia contra España; de otro, a favor de los criollos contra sus jefes naturales, contra la metrópoli en desdicha; pervierte el principio de autoridad, subplantándolo por el querer inconsciente y atrabiliario de las multitudes ... Buen fran– cés, francés de educación y de sangre, tiene la nostalgia de la revo– lución, de la demagogia, del desorden, que sopla y alienta desde su sede de gobernante ... La junta desoye y desaira simultáneamente a todos. No quiere ni a Liniers, ni a Elió, ni a Alzaga. Nombra virrey de la Plata al te– niente general don Baltasar Hidalgo de Cisneros, uno de los héroes de Trafalgar, ( 1) hombre irresoluto, tímido y conciliador, predesti– nado a servir de sepulturero de la dominación ibérica en el terri– torio que viene a regir, munido de instrucciones que, desde su arri– bo (30 de junio de 1809) ha de verse en la imposibilidad material de obedecer. (1) Gran batalla naval empeñada entre ingleses, de un lado, y españoles y franceses de otro, el 21 de octubre de 1805. Hidalgo comandaba en ella el navío "Santísima Trinidad", de 136 bocas de fuego.- Falleció en Cartagena de España, el 9 de octubre de 1829.- V. Revista de Buenos Aires, t. 111, pág. 165.
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