Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

48 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ la prisión de Alzaga y de los cabildantes el 19 de enero de 1809; y la arrogancia con que los patricios se mantenían en armas - imponien– do miedo al virrey Cisneros - habían influído mucho en el ánimo de los pueblos del interior y cambiado en altanería y poca gana de obedecer, el antiguo respeto que antes se les tenía a los españoles'· (2). á Querellas vulgares de campanario fueron, en Chuquisaca, la se– ñal de la explosión. IV Corrían los primeros meses de 1809, cuando surgió grave con– flicto entre los miembros del cabildo eclesiástico y el arzobispo don Benito María Moxó, con motivo del nombramiento de provisor para la diócesis, cargo para el cual pretendió el último designar a un candidato rechazado por los otros. Pronto interesáronse en la disputa el sin número de togados y estudiantes residentes en esa que, con razón, se apellidara por esos tiempos la "Atenas del virrei– nato platense"; de donde derivóse la distribución del vecindario en dos partidos: el del arzobispo, a cuya cabeza púsose decididamente el gobernador o presidente de la provincia, teniente general don Ramón García León de Pizarro; y el del cabildo, prepotente y nu– meroso a cuyo frente colocóse la Audiencia, presidida (una vez excluído el gobernador) por el oidor decano o regente de la institu– ción, Conde de San Javier. Sorda fermentación caldeaba el ambiente, y aun habían llegado a producirse parciales choques en las calles, entre los apasionados contendientes de uno y otro bando, cuando esa situación subió de punto a la llegada del famoso brigadier don José Manuel de Goyeneche y Barreda, que, después de tocar en Bue– nos Aires, con la misión de hacer reconocer la autoridad suprema provisional de la Junta General de Sevilla, venía camino del Alto Perú con rumbo a Lima, en pos de entenderse con el virrey Abascal. La presencia de ese nuevo personaje, de carácter duro e intransi– gente, puso fin a las vacilaciones del gobernador Pizarro, que, si– guiendo al pie de la letra sus consejos, empezó a emplear el rigor contra quienes no comulgaban con sus ideas y las de Moxó; y pronto fueron a dar en prisión algunos de los opositores más exaltados; entre ellos, el síndico procurador de la Universidad chuquisaqueña, Dr. D. Jaime Sadáñes, a quien debían hacer compañía los oidores José Agustín de Usoz y José Vásquez Ballesteros, los regidores don Manuel Sudañes y don Domingo de Anivarro, el fiscal de la Audien- (2) Op . cit . vol. 11, pág. 20.

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