Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
PRIMERA EXPEDICION PLATENSE SOBRE EL ALTO PERU 65 sus presuntas víctimas en el monte de los Papagayos, tres a cuatro leguas distante de la posta denominada Cabeza del Tigre. Allí, sobre un montículo, (5) cuya perspectiva es una pampa solitaria y lúgu– bre, Castelli notificó la última pena a los desventurados, dándoles un respiro de dos horas para prepararse. Vencido aquel término angus– tioso, son pasados por las armas, sin más excepciones que las del obispo Orellana y su confesor; todo en presencia del propio Castelli; de su secretario Nicolás Peña; del coronel don J. French; del coman– dante, don Juan Ramón Balcarce; de la comitiva restante del envia· do y de la gruesa escolta conductora de los pobres mártires (26 de agosto); French, ex-ayudante y gran favorecido de Liniers y que por tanto debe su posición y su carrera al héroe del 12 de agosto, présta– se, por su propia mano, a dar los pistoletazos de gracia a su bien– hechor. . . (6) ¡Indigno y trágico final el de aquel hombre, verda– deramente grande, no sólo para España y para la nación Argentina sino para la América entera, en cuyo seno desempeñara el glorioso papel de maestro de osadía y de dignidad ciudadana, tipo del honor militar y dechado patriotismo; virtudes, todas en que tuvieron fuen– te y arranque los altos hechos, así preparatorios como decisivos, de nuestra independencia y libertad ... ! (7). Colmada de tan deplorable modo esta página negra de la epope– ya sudamericana, Vieites tornóse a Buenos Aires; Castelli asumió la dirección suprema de los negocios en la región invadida; Ocampo, (5) En la cumbre de ese mamelón púsose después una gran cruz, sobre el paraje mismo en que Liniers fué victimado. Por esa circtnistancia, el ma– melón denominóse, desde entonces, La Cruz Alta. (6) En la frente. Dícese que, habiendo quedado vivo Liniers, a pesar de las dos primeras descargas que se le hicieron por los pelotones de precepto, fue el desalmado French quien dió con él en tierra haciéndole fuego sobre el frontal , con una de las dos pistolas que llevaba consigo; y, ya tendido .sobre el terreno, procedió, con la segunda, a darle el tiro de gracia, como se relata en el texto. Preso un tiempo, en Las Bruscas, el capellán Alcántara Jiménez, y vuelto a España, fue pronto electo y consagrado obispo de Burgos. Los restos de Liniers exhumáronse de la Cruz Alta en 1862. Llevólos a España el Gravina, y fueron reinhumados en el mausoleo preparado al efecto por su familia. (7) La Junta de Gobierno de Buenos Aires, explicando el triste suceso (que allí produjo honda emoción), en la proclama pertinente dijo: "Hemos decretado el sacrificio de estas víctimas a la IS.alud de tantos millones de ino– centes: solo el terror del .suplicio puede servir de escarmiento a sus cómpli– ces". Imputóse a Liniers, como crimen capital, entre otros, el de haber "an– ticipado un premio de 20,000 pesos a un malvado, comprometido a introducir– se en las filas del ejército patriota, e incendiar sus carros de municiones. cuando ya ese 'ejército pisaba el territorio de Córdoba": V. a Ignacio Núñez, Noticias históricas de la República Argentina, pag.
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