Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

70 GER~1AN LEGUlA y MARTINEZ listas; tomados casi todos sus elementos de guerra; perseguidos tenazmente; y sus tres jefes (Córdoba, Sanz y Nieto) tras variadas y emocionantes incidencias, cogidos en su fuga, traídos a Potosí, ~iudad a los dos días ocupada por Balcarce (9 de noviembre), y allí fusilados el 19 de diciembre por Castelli 'eÍ terrible, el fuerte, el ine– xorable. IX Mientras esto ocurlia en el sur, en el norte pronunciábanse por la independencia Cochabamba y Oruro, la primera (14 de setiembre de 1810), (11) con el patriota don Francisco de Rivera, aun antes de la victoria de Suipacha o el Nazareno; y la segunda, con un teniente de este último, don Esteban Arce. Ramírez, que a la sazón y por en– cargo de Goyeneche, organizaba en Viacha un cuerpo de dos mil hombres, ordenó al coronel don Fermín Piérola lanzarse sobre esos nuevos rebeldes, y a sangre y fuego domeñarlos. Piérola partió del Desaguadero con cuatrocientos cincuenta infantes y ciento cincuenta caballos, y tocando primero en Sicasica, adelantóse hasta la posta de Aroma. Al saber su aproximación, Arce (a quien el gobernador independiente Rivera nombró general en jefe de los sublevados) salió al encuentro de Piérola y sorprendiólo en la posta referida, infli– giéndole una derrota completa (15 de noviembre), no obstante de estar las tropas cochabambinas, en su mayor parte, "armadas de lanza y chuzo, de macana y honda y sólo algunos de fusil". (12) Piérola huyó deshecho hasta La Paz; los victoriosos avanzaron a Calamarca; Ramírez, incapaz de resistir, vínose al Desaguadero, reincorporándose al grueso del ejército de Goyeneche en el cuartel general de Zepita. Tristán, a quien Ramírez impartiera orden de retirarse al mismo punto (abandonando la población y trayendo consigo las guarniciones, aunque diminutas, que estaban bajo su mando), desobedeció aquella prescripción expresa y terminante, al contrario, congregó al ayuntamiento y se declaró sometido a la auto– ridad de la Junta de Buenos Aires, "aun estando las tropas del campo de Vilcha a su vista" (13) y no obstante la circunstancia de ser primo del general en jefe Goyeneche, Castelli conservóle en su gobernación. (11) El 13, según Cortés: op. et loe. cit (12) Camba, op. cit., vol. I, págs. 41 y 42 . (13) Representación que a S.M.C. dirigió (en 12 de enero de 1815 desde Arequipa), el general Ramírez de Orosco sobre sus méritos y servicios: Revista de Archivo y bibliotecas nacionales, t. IV, pág. 563.

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