Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
114 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ Tristán, abrumado más que meramente afligido por el nuevo desastre, propone capitular. Belgrano accede. El jefe realista se rinde, entrega sus armas; y, aunque se le otorgan los honores de la guerra, se compromete juratoriamente, con todos sus jefes y oficia– les, a no tomar las armas en lo sucesivo contra los sostenedores de la autonomía del Río de La Plata; capitulación que se hace extensiva a las tropas dejadas en Jujuy. XIX Goyeneche (27 de febrero) recibió la triste nueva de las dos derrotas en Potosí, cuando, por el desprendimiento de la división Tristán, y el envío de gruesos refuerzos a la misma en dos sucesivas ocasiones, su ejército quedaba en situación de no igualar y menos de exceder, el número y el empleo de los vencedores de Tucumán y Salta. Con precipitación que rayó en pánico - o sea en un intervalo de sólo cuarenta y ocho horas - emprendió retirada a Oruro ( 1? de marzo) y ordenó que hicieran lo mismo y lo siguieran, inmediata– mente: Picoaga, con las fuerzas que tenía a las orillas del Suipacha; el coronel Miguel Tacón, con las que mandaba en Jujuy; Ramírez Orosco, con la guarnición de Charcas; y Landívar, con la columna que tenía en Vallegrande ( 19). A Lombera le ordenó permanecer en Cochabamba; y en el acto dirigióse al virrey Abascal en demanda de abundantes y prontos auxilios, que, para ser más prontos aún, debe· rían aprestarse en el Cuzco, Puno y Arequipa, con elementos que, por supuesto, deberían a su vez proveerse incontinenti desde Lima. Pero ocurrió que, avanzando Belgrano, Landívar no pudiese incor– porarse al grueso del desmedrado ejército, por lo cual hubo de internarse en la provincia de Santa Cruz de la Sierra; que los refuer– zos pedidos a Abascal, en regiones ya bastantes despobladas por el reclutamiento pertinaz de tantos años, tardasen en reunirse, que el virrey negase, por imposibilidad absoluta, las armas y los pertrechos demandados con tanta instancia; y que, en fin, iniciada una segunda formidable invasión, de parte de un enemigo ~n todas partes bien recibido, copiosamente reforzado por gente voluntaria y ya doble– mente victorioso, el prestigio y la gloria del vencedor de Huaqui, Pacana y San Sebastián, hasta entonces íntegros e inmaculados, cua– lesquiera que hubieran sido los recientes renuncios y descalabros (19) Tacón, aunque perteneciente a la división de vanguardia, violó así la capitulación de Salta, en que se incluyó a las tropas de Jujuy; como la vio– laron los mismos subalternos directos de Tristan, desligados de su jmamento por los obispos de la zona altoperuana, todos realistas, so pretexto de que"
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