Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
124 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ VIII Es Vilcapugio (3) un pueblecillo, ubicado al oriente de la ca– dena central y al pie de las ásperas estribaciones de ésta, en pun– to que domina un pequeño valle o llanura cruzada por camino real de Potosí, con una legua a lo sumo de extensión. A ese valle y a dicha llanura bajó Pezuela a la hora recordada, en columnas paralelas, que formaron inmediata y correctamente en batalla al ganar el llano. La izquierda iba mandada por el co– ronel Miguel Tacón, y constituida por las tropas de Jerónimo Lom– bera (procedentes, se ha dicho, de Cochabamba, donde hallábase de guarnición); el regimiento número 2, con el valiente coronel Felipe de la Hera a la cabeza; un escuadrón ligero, mandado por el teniente coronel Zavala; y cuatro cañones. El centro, dirigido en persona por el general español, encontrábase compuesto del bata– llón Azángaro, a órdenes del coronel don José Antonio de Esteves; de los piquetes, guarniciones del Cusco y de La Paz; con Choque– huanca; de dos escuadrones, y de otras cuatro piezas de artillería. La derecha, confiada al ya brigadier don Juan Ramírez, compren– día el regimiento número 1 del Cuzco, de Picoaga; un escuadrón de caballería, con su coronel don Jorge Ballivián; el cuerpo de cazado– res del después celebérrimo comandante don Antonio de Olañeta; y una brigada de artilleros con cuatro cañones. Belgrano formó, a su vez, en línea de combate, apresuradamen– te, porque el enemigo, más que caminar, parecía rodar por la cues– ta fronteriza, veníase encima, y no había instante que perder. Pegó fuego a las casas delanteras de la posta de Potosí, y, a favor de su humareda, prolongó su izquierda hasta los cerros de la espalda, para mejor asegurar aquel flanco; colocóse él mismo en el centro, extendiendo buena reserva a retaguardia; y tendió dos alas, tras las cuales emplazó su abundante caballería. IX Eran las ocho de la mañana cuando Olañeta rompía el fuego sobre la izquierda argentina. Momentos después, el tiroteo, era ge– neral. Distinguióse esta batalla por la absoluta ausencia de guerri– llas. Los españoles avanzaron en masa sobre los independientes. Pezuela, ansioso de no desperdiciar segundos buscaba el choque fre- (3) De huilca o vilca, el sol; y pucllo o puquio, manantial: manantial del sol: voz mixta del quechua y del aimará .
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