Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
132 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ Ramírez en Jujuy, de donde destacó camino del sur al coronel salte– ño Saturnino Castro con dos unidades de caballería, a fin de conocer la posición y el estado del enemigo. Belgrano pasó a Salta. Siguióle Ramírez. El jefe argentino, abatido y desprestigiado, estacionóse allende el río Pasaje, consagrado vivamente a una reposición que le resultó imposible. "Si en Vilcapugio, decía, hubiera tenido a Dorrego, por cierto que el éxito no habría sido en modo alguno de– sastroso". A Dorrego, pues, encomendó encarecidamente la · tarea de organizar nuevamente el gauchaje de la zona, para proteger la retaguardia del ejército en formación y dificultar, a lo menos, la marcha triunfal de los realistas invasores. El gran patricio bonae– rense, joven a la sazón de veintiséis años, llenó cumplida y gloriosa– mente aquel cometido. Los escuadrones destacados de Castro sufrie– ron enormes pérdidas en sus repetidos choques contra los gauchos, que le acosaron y asediaron "favorecidos por sus buenos caballos, su destreza para manejarlos y su perfecto conocimiento del terreno" (1). Pezuela avanzó a Tupiza (8 de febrero de 1814) y luego a Jujuy (16 de mayo), dejando en Potosí a Lombera con respetable guarni– ción. Ya constituído en Jujuy (27 de mayo de 1814), fue preciso que, en combinación y por diversos puntos, operase casi todo su ejército, para conseguir que el gauchaje soliviantado abandonara esa zona y traspusiera el río Pasaje, en la pesada labor de reorganizarse. III Era, en esos instantes, angustiosa la situación en Buenos Aires y en toda la América; aún más angustfosa, dice un autor, que eso– tra terrible, consiguiente a la derrota de Huaqui (2). En México, Morelos había sido rechazado en Valladolid, Oaxaca, Matamoros y Acapulco; batido y condenado a muerte. Bravo, vencido y ejecutado en Puebla; y Rayón, sorprendido y desbaratado en Aquila. En Vene– zuela, Bolívar sufría los horrendos desastres de La Puerta y Aragua y Boves entraba en triunfo en Caracas. En Nueva Granada, Nariño sucumbía en Pasto y era llevado a los presidios de Cádiz. Quito no daba señales de vida. En el Perú habían fracasado Paillardelle, Peña randa y Calderón en Tacna, como meses antes, Castillo, Rodríguez y Raro en Huánuco. En Chile, O'Higgins había sido vencido en Cuchachucha; Talca, Concepción y Talcahuano, caían otra vez en poder de los españoles; y una nueva poderosa expedición realista al (1) Torrente, op. cit., vol. II pág. 15. Confiesa el hecho este autor, al espresar que Pezuela dispuso ''se retira.sen a J ujuy los pocos dragones que habían quedado, con su comandante (Castro)". Id., id., pág. 14 . (2) V .F . López, op . cit ., vol II, págs. 90 y 91.
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