Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
APARICION HISTORICA DE SAN MARTIN 143 XIV Admirables, en esta oportunidad, como en todas, fueron su con– sagración, su paciencia y su constancia. Gran administrador, organi– zador perfecto, corazón ecuánime y sereno, talento cuyos distintivos, más que los del genio, eran la previsión, el cálculo, la labor tenaz, el empeño minucioso y el carácter - desnudo de elementos con que espaciar su actividad en un objetivo técnico - apeló a la astucia, al tesón, a la sorpresa; presupuesto, a la espera de los medios y refuer– zos que tenía demandados. Comenzó por observar generosamente la orden trasmitida de enviar a Belgrano preso a la ciudad de Córdoba, donde ese general debería ser procesado por sus últimos desastres; y exigió que se mantuviese a su lado aquel infortunado patriota, cuya experiencia y cuyos consejos podrían serle útiles así en la sociedad como en el ejército. Entrevistóse detenidamente con el jefe de van– guardia, bizarro coronel Miguel Dorrego, y con el eximio Martín Güemes, caudillo prestigioso del gauchaje (10); que acababa de dar a los invasores la cruel sofrenada de Las Lomas de San Lorenzo (Jujuy); y, de acuerdo los tres, decidieron retirar el ejército a Tucumán con San Martín y Dorrego, y dejar la provincia salteña en manos de su gobernador, el enunciado Güemes, encargado, con sus audaces montoneros, de dificultar el avance de Pezuela, a cada paso sorprenderlo y embestirlo y mortificarlo sin contemplación ni tregua. XV Ya en Tucumán, San Martín dió rienda suelta a sus notorios instintos y ardides estratégicos, que por ciert0 cambiaron en breve el luctuoso aspecto de las cosas. Reducido, por descuido estudiado o impotencia natural del alvearismo, a sus solos y exclusivos elemen– tos, hubo de hacer verdaderos milagros. "Sea, dice un autor, por la pobreza del gobierno; sea por la erogación del armamento de una escuadra (la de Brown), por tener que pagar marineros y oficiales extranjeros y formar y pertrechar el numeroso ejército de la capital (el de Alvear); sea porque el partido imperante prefiriese dar a éste todo lo que necesitaba para su empresa (de rendir a Montevideo), dejando en abandono a San Martín; sea, en fin, por que tomar aque– lla plaza fuera más urgente que arrojar a Pezuela de las fronteras del norte- el hecho es que San Martín no recibió los recursos de que (10) Sin ser gaucho, ya que, al contrario, era un vecino rico y de alta posición en Salta, lugar de su nacimiento y figuración principal.
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