Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
PROLOGO XXI (impreso en los talleres de Aurelio Sánchez, su primer número apa– reció el 19-1-1878). A través d~ sus artículos perfilóse una doble cam– paña: en favor de la redención popular; y de franca oposición a los manejos políticos y los abusos cometidos por los gamonales, que se agrupaban en torno a Miguel Iglesias. Al mismo tiempo or– ganizaron una sociedad, que debía fomentar la educación del pue– blo en armonía con los ideales que sostuviera Francisco de Paula González Vigil (8); y sus miembros, que abnegadamente se propo– nían fungir como maestros, aspiraban a propagar y defender los derechos del hombre, para que se reconociese en la ley el mejor instrumento de la paz social y cada trabajador fuese un ciudadano cabal. Pero los gamonales no reconocieron los generosos propósi– tos de aquellos jóvenes; sólo entendieron que se intentaba vulne– rar la continuidad de sus injustos privilegios; y cuando la socie– dad ofreció una fiesta (17-111-1878), para realzar la inauguración de su local y la renovada pujanza que se daría al programa de instrucción, descargóse sobre sus miembros el alevoso ataque de mercenarios armados por la facción prepotente. Pedro Centurión fue herido de bala, sañudamente acosado, y finalmente ultimado a palos. Germán Leguía y Martínez, malamente tundido, pudo aco– gerse a un precario refugio; y, amenazado de muerte, hubo de aban¿ donar para siempre la ciudad de Cajamarca. Turbado por aquella experiencia, debió encaminarse entonces a Lambayeque. Al cabo de unos meses pasó nuevamente a la ca– pital (1879) para reanudar sus estudios universitarios. Y como en esa circunstancia fue sacudido el país por la declaratoria de gue– rra que lanzara el gobierno de Chile, Germán Leguía y Martínez se unió a las demostraciones patrióticas de la juventud limeña. En silvas y octavas reales pergeñó un "canto" en torno a la heroica lucha de los pueblos contra las ambiciones de los conquistadores, el dominio trisecular de España, los vanos intentos de reconquis– ta y los viriles aprestos que suscitaba la agresión inesperada; lo leyó, durante la ceremonia efectuada por la Universidad Mayor de San Marcos (30-VII-1879) en celebración del aniversario nacio– nal; y aunque su figura y su voz denotaban recóndita aflicción (9 ), (8) Cf. su opúsculo sobre Importancia y necesidad de la educación po– pular. Inicialmente inserto en El Constitucional (Lima: 31-V, J'?, 2, 4, 5, 7, 8, 9, JO, 12 y 14-Vl-1858), fue nuevamente publicado, con insignifican tes enmi endas de forma y algunas adiciones, en El Correo del Perú (Lim a: 13, 20 y 27-l, 3, JO, 17 y 24-II-1872); y ha sido también editado por Alberto Tauro (Lima, Edi– ciones Hora del Hombre, 1948). (9) S egún testimonio de Carlos Paz-Soldán, en la semblanza que ante-
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