Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
520 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ clero" (18). Al dirigirse a éste, tiene todavía la suerte de apresar al bergantín ''San Miguel", procedente de Chiloé (19). Si la victo– r ia no es la recompensa del sacrificio de O'Brien, por lo menos el triunfo moral es grande, y su eficaz finalidad está obtenida. El bloqueo, desde '-'.:J.uel día, se levanta; el tráfico se asegura; el co– mercio es libre (20). XIV Los buques posteriores fueron, casi todos, enviados por los agentes que la Argentina y Chile acreditaron en Europa y los EE. UU. Para imponernos de esto, necesitamos volver atrás y hablar otra vez de San Martín. Alcanzada por éste la victoria de Chacabuco, no se adorme– ció sobre sus laureles; sino que entr.egóse por completo a la reali– zación del resto de su gran plan, a . la etapa más importante de él, cual era la expedición al Perú. Como tal intento fue~e imposi– ble, mientras no se obtuviera el dominio del mar, concretóse de pronto a la mejor manera de conquistar este último; y como, d.e otro lado, toda adquisición naval resultase problemática en la cos– ta occidental, determinó juiciosamente un viaje a Buenos Aires; puesto que, por su situación, autonomía y facilidades, era el más a propósito para el objetivo. Hasta entonces la revolución no con– taba con más barco que el "Aguila", que, por su insignificancia, daba t anto como no tener ninguno; y era urgente, por lo mismo, pensar en la consecución de mejores y mayores elementos de mar. El 10 de marzo <lió orden de prepararse a su ayudante el ca– pitán O'Brien; el propio día despidióse de sus soldados, en afectuo– sa poclama, distribuida al siguiente (21); el 11 muy temprano pú- (18) Tomás Guido, Primer combate de la marina chilena,· interesante relato in serto en la R evista de Buenos Aires, núm. 12, t. III, de abril de 1864, qu e nos h a servido p a ra el breve resumen que damos en el texto. (19) Con carga abundante y pasajeros españoles, que fueron, todos, cap. turados; ent re ellos, un edecán de Osorio, Po.mar, un Beltrán y un Chopitea. (20) Tomá s Guido, Prim er combate de la marina chilena, id. id . (21) H éla aquí.- "Soldados del ejército de los Andes: - Vuestro bien y el de la América me obligan a separarme de vosotros por muy pocos días. Los excelen tísim os direct ores de los EE. de Chile y PP.UU. así lo exigen por el int erés general : en el entret anto, queda con el mando en jefe del ejército el Excmo. Señor b rigadier don Bernardo O'Higgins (el mismo que os con. dujo a la victoria ): b a jo su dirección, estoy seguro que competirán vuestra subor dinación y disciplina con la rectitud y acierto de sus disposiciones. Así es que, si al apartarme de vosotros me es inseparable un justo sentimiento, éste queda calmado con la persuasión de las altas virtudes del interino jefe
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