Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
550 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ decretado por el gran déspóta del siglo, que dió margen a tantos abusos y violencias., soliviantaron aviesos sentimientos en el ánimo atrevido del joven marino, y alimentaron ab origen aquella incli– nación al lucro y a la rapacidad que siempre reveló después. Edu– cado en una escuela de destrucción, de aniquilamiento económico del adversario, no hubo, para él, como para todos los navegantes de su tiempo, nada que no fuese lícito; circunstancia que servirá para interpretarnos y explicarnos su personal psicología . Paso sucesivamente por la "Thetis", despachada a Norte-Améri– ca, por el "Africa", el " Lynx" y la "Resolución", nave almirante de su tío Alejandro, al servicio de la cual fué ascendido a teniente en 21 de junio de 1797. En 1798 pasó a una de las flotas del Mediterráneo, con el almirante Lord Keith, en 1os momentos en que Nelson, con otra armada, hacía prodigios frente a Nápoles y a lo largo del mar Tirreno. La inercia de su jefe inspiró al teniente novísimo acerbas críticas, que, pagadas por el odip del censurado, más que todo al hacerse cargo del Almirantazgo, fueron el comienzo de las hostili– dades de que más tarde Cochrane fué hecho víctima. Hasta 1800 habían transcurrido dieciseis años, sin que éste último hiciese cosa verdaderamente notable, a no ser la recaptura a vivai fuerza, en Algeciras, de un barco inglés allí apresado por una fragata española de guerra. El héroe legendario parecía haberse escondido de propósito en e'l alma del subalterno, y aguardado, para exteriorizarse, el salto a las alturas del comando; como esos vapores, invisibles e impalpables, a ras de tierra, que, misteriosa– mente impelidos a las eminencias de la atmósfera, se amontonan ya arriba, y sólo arriba, en cúmulus y nimbos¡, y allí amasan la tor– menta, disparan el granizo y la lluvia, elaboran el rayo, y lo ful– minan entre hórridos relámpagos y truenos ... IV Ese año fué Cochrane colocado al frente del "Speedy", corbeta de ciento cincuenta y ocb)o toneladas,, tripulada por solos ochenta y cuatro marineros y seis oficiales; armada en guerra con catorce cañones de a cuatro, tan pequeña, que su minúscula cámara no daba espacio siquiera para una silla, y en ella el bravo comandante había de mantenerse en pié (6); circunstancias que hacían de aque– lla nave un despreciable barquichuelo. (6) Cuéntase que Cochrane, para afeitarse, tenía que quitar la diminuta claraboya de esa cámara, aun menor que un camarote; pasar la cabeza por el claro, y colocar los útiles sobre cubierta.- Loe. cit., pág. XXI.
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