Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
552 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ segundo las amarras tendidas para el objeto. Pero no era para huir, sino para tornar a la embestida. Pobre de gente, en esa mo– mentánea maniobra largó botes; embarcó en éstos sus cincuenta y tantos marineros y sus seis oficiales; dejó al cirujano, Mr. Guth– ris , absolutamente solo, a cargo del buque, "haciendo de ooman– dante y de tripulación"; y, convirtiéndose de abordado en aborda– dor, tendió garfios a la "Gamo", escaló sus altas escotillas como un gato, seguido de sus entusiasmados amigos, que, en hora y me– dia de brega feroz, enseñoreáronse de la fragata, regada de muer– tos y heridos (7). Un sueño pareció a vencidos y vencedores el ver aquel poderoso buque, presa de la "cáscara de nuez", de Co– chrane (8), que, como a encadenado mastín, le llevó a costas in– glesas. V Ora desfigurando su navecilla, con los distintivos y colores usados por 'los neutrales; ora izando enseña de esta condición; ora enarbolando bandera de cuarentena, en el pánico universal infun– dido por la peste de Berbería - así continuó nuestro marino rea– lizando provechosas aventuras y conquistando renombre con sus proezas. Cierto día, en Oropesa, exaltó, acompañado de otra nave bri– tánica, a una flotilla española, próxima a zarpar dando convoy a otras naves mercantiles; y, aunque el enemigo presentábase supe– rior, sobre todo por la protección que dispensábanle las baterías de tierra, aventuróse, entre la lluvia de fuego despedid2 sobre él por éstas últimas, y, en abordaje heroico, dió buena cuenta de toda la escuadra, que hundió o extrajo como buena presa. A pesar de todo, la insignificancia de su embarcación mal pu– diera prometerle éxito igual por di'latado tiempo. En una de sus correrías, por grandes que fuesen los prodigios desplegados por su valor, fue a su vez capturado por cierto gran navío franco de triple puente. Por dicha, canjeósele un mes más tarde, y pudo, li– bre ya, tornar a su patria. Ascendido a capitán de fragata, y no teniendo de pronto elementos marítimos con que volver a esa pro– celosa vida del mar que era su encanto, acordóse de que era pre– ciso curarse de ignorancia, estudiar y saber algo; y así, con asom- (7 ) Coch rane tuvo tres de los primeros (marineros) y dieciocho de los segundos, inclu so un oficial. Los españoles capitán, contramaestre y trece h o.mb r es de mar, y contaron cuarenta y un heridos. (8 ) Llama así Bulnes al "Speedy'', con toda propiedad, porque tal era.
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