Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
568 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ porado el 15 de enero en el convoy,, por haber zarpado después, fuese, por su mejor andar y menor tonelaje, devuelto por el almi– rante a Valparaíso, en pos de conducirle cantidad mayor de estopi– nes y otros menesteres; y que, al emprender el nuevo viaje de re– torno al núcleo de la escuadra, se amorinase en las proximidades de Coquimbo, a ello incitada por e1 contramaestre del buque; y apresase a Cater, comandante de la embarcación, y a toda su plana mayor, al furioso grito de "¡afuera ingleses! ¡No los queremos! ¡Que se vayan en el acto! ¡Afuera!"; pusiéralos en prisión, en sus respecti– vos camarotes, con centinelas de vista; aclamase por su capitán al sargento ) . Maldonado, uno de los promotores de la revuelta; y, dándose a deliberaciones vacías y desordenadas, proyectase em– presas dignas tan sólo de una razón extraviada o de una imaginación calenturienta ( 14). Surgida la reacción, por las propias rivalidades, rencillas y anarquía sin freno en que hundiéranse los sublevados, y por afectuosa deferencia de la guarnición embarcada a las instiga– ciones del bizarro teniente Morgell ( 15), Cater restableció su au– toridad enérgicamente, tras un choque en que perecieron dos de los cabecillas y resultaron heridos otros tres, y ganó el puerto, en don– de desembarcó a los delincuentes; fusiló a seis de sus más señala– dos jefes, previa la correspondiente causa; y, así cumplido aquel doíoroso deber, siguió su viaje con derrotero a las Hormigas, punto designado por C0chrane para la reunión de todo~ los buques, fron– terizo a la punta y bahía de Ancón y, en consecuencia, próximo a la plaza fuerte del Callao. VII Abrigábase en éste, bajo la protección de sus respetables ba– luartes y baterías, la totalidad inerte y tímida de las naves realistas. Allí estaban: la fragata "Esmeralda", de cuarenta y cuatro cañones (16); la corbeta "Sebastiana", de veintiocho; los bergantines ''Pe- derivaba una desigualdad de trato. Los marineros extranjeros tenían prerroga. tivas de que carecían los chilenos, y especialmente los condenados por deli– tos. Se hacía diferencia en el alimento, dando a los extranjeros un trato arnL logo al que era de llSO en las escuadras de su país''. Op. cit., vol. I, págs. 71 y 72 . (14) Pretendían venirse a !quique, desembarcar allí, saquear las minas de Huantajaya, perseguir y coger alguna presa peninsular, y, con ella, presen. tarse a su gobierno demandando en premio el perdón de su delito.- Op. et. vol., cit. pág. 251. (15) Miller, Memorias cits., vol. I, pág. 182. (16) La "Venganza'', de cuarenta y dos cañones, estaba en Talcahuano, como ya se dijo, desde principios de enero.
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