Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
PRIMER CRUCERO DE LORD COCHRANE FRENTE AL CALLAO 571 relegarían los comandantes de mar las embarcaciones de su man– do; y, en consecuencia, determinó efectuar algún at:ique osado y sorpresivo para alguna de las citadas fechas. Su plan era tan sen– cillo cuanto eficiente, y está detallado por Miller en estos términos: cambiar el nombre de la "O'Higgins" por el de la "Macedonia'', y el de la "Lautaro" por el de la "John Adams" (las üos fragatas nor– teamericanas diariamente esperadas en el mar Pacífico); fingió un pliego, dirigido en debida forma al virrey, conteniendo despachos del embruador español en Washington; pliego que debería entregarse al primer bote del Gobierno que saliese a recibirlos; y - así pre– paradas las cosas - abordar inopinadamente,, con la "O'Higgins", a la "Venganza"; y. con los botes de ambas naves, a la corbeta "San Antonio", la presunta conductora del tesoro del rey ya seguramente depositado a su bordo. El "San Martín" quedaría anclado hacia la parte de afuera de la isla de San Lorenzo; isla que, una vez apre– sadas la corbeta y las fragatas, sería, a su turno, ocupada el día después. X Por desgracia., la neblina veraniega que, por los días citados, invade infalible el litoral del Perú, cegó el rumboi e imposibilitó los movimientos y maniobras de los barcos destinados a la atrevida empresa. Esa neblina hasta "empapó las velas". Las embarcaciones dejaron de verse. Guise, que de la "O'Higgins" había, con mil trabajos, reconstituídose en el "Lautaro" después de recibir ins– trucciones verbales de Cochrane, anduvo perdido y tonteando, como nn ciego, durante cuatro días. Pasaron así los tres de carnaval, oportunidad elegida como más o propósito para la proyectada sor– presa, y ésta en consecuencia se frustró. Clareó un poco el 26, y Cochrane, que se había aguantado mar afuera, detrás de la isla, pucio distinguir de lejos al "Araucano", venido al cabo del sur, des– pués de castigar en Coquimbo a los tripulantes rebeldes; y descubrió , hacia el lado de San Lorenzo, a algunas de sus embarcaciones, que a cañonazos perseguían una presa (21). A esa presa, que por cierto no era el suspirado "San Antonio" añadiéronse otras insignifican– tes el 27. En esa fecha reagrupáronse las unidades disperas de la flota, que, a fin de preparar alguna operación eficaz, fondearon detrás del islote, esta vez muy próximas a él. La niebla tornó a cerrar en lo absoluto; y todo., como en los anteriores días, conti- (21) La goleta "Victoria'', cargada de víveres venidos desde Chiloé, y al fin capturada por el "San Martín''. Graham, Diario cit. pág. 78.
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