Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
PRIMER CRUCERO DE LORD COCHRANE FRENTE AL CALLAO 573 XII ¿Qué significaban todos esos inesperados incidentes? Noticiado el sucesor de Abascal de una probable aparición de la escuadra de Chile, ya a órdenes del temido y afamado es– cocés, - tan afamado, que, como hemos dicho, había sido solicita– do por el rey Fernando para hacerse cargo de la armada española - habíase consagrado a dictar una serie de providencias, dirigidas a aguardar y rechazar briosamente la presunta y no despreciable incursión. Prescribióse el acuartelamiento, en Pisco, de las milicias de infantería y caballería del lugar y de sus alrededores, puestas bajo las órdenes del mariscal de campo don Manuel González, co– mandante designado para toda la costa sur. (25). Organizóse en la capital a los empleados civiles, en tantos cuerpos cuantos eran los ramos del público servicio, dándoles por comandantes a sus res– pectivos jefes o a los oidores de la Audiencia, y llamando, para in– crementar e instruir a esa especie de guardia urbana, reemplazante, en caso necesado, de la tropa de línea, a todos los militares inva– lidados en la carrera y a los retirados o indefinidos. Tal guardia, según un autor, alcanzó tan sólo a 1,962 individuos (26). Levantóse (25) Español, venido al Perú, en 1784, como oficial del regimiento de Extremadura, y destinado después en el fijo real de Lima; llegado a tenien– te coronel en 1792, a coronel en el año siguiente, y a brigadier en 1803; pre– s\dente de la audiencia y capitán general de Filipinas en 1809; mariscal de campo en 1811; vuelto al Perú en 16 de mayo de 1815; nombrado, en julio de aquel año, subinspector general de las fuerzas del virreinato por Abascal, puesto de que fué excluído, en 1816, por el propietario, brigadier don José de La Mar; e individuo que se señaló por su rigor excesivo para con los prL s10neros patriotas encerrados en los castillos del Callao. Cuéntanos Mendi– buru que, habiendo esos infelices solicitado que se mitigasen un tanto sus privaciones y malos tratos, el tal González decretó la petición en la forma que sigue: "'El gobernador de la plaza siente, como español y caballero, los infortunios que padecen sus semejantes, por extravíos que debieran evitar; más sus funciones no admiten tolerancias indiscretas; y, así, sigan la suerte que el destino les ha deparado''.- Ya veremos cómo este atormentador imL pasible y duro de "sus semejantes", no obstante tener en Pisco 400 infantes, 80 caballos y 4 piezas de montaña, comportóse cobardemente ante el ataque de mar y tierra que, en 7 de noviembre de aquel mismo año (1819), llevaron a cabo Guise y Miller, con fuerzas allá conducidas por la "Lautaro", al ex– tremo de verse exonerado de servicio y cargo por Pezuela, justamente indig– nado contra su conducta. González fué casado en Lima con una hermana del marqués de Valleumbroso, doña Manuela Zavala Bravo de Lagunas y Castilla, y los tres hijos que de ella hubo fueron limeños. - Autor y op. cits., m. t. IV, págs. 157 y 158. (26) Torrente, op. et vol. cit., pág. 491.
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