Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

PRIMER CRUCERO DE LORD COCHRANE FRENTE AL CALLAO 577 XV Permanecían los barcos españoles (puesto que en ese propio instante despedíase el virrey) en la misma posición y disposición céntricos. Alineábanse a lo largo del primero - el exterior - to– que adoptaran para el simulacro; esto es, en dos semicírculos can– das los buques d~ guerra, con intercalación simétrica y sucesiva de las veintinueve larichas cañoneras; y, en el segundo, llenando de propósito los claros de la fila precedente, las embarcaciones mer– cantiles que la comandancia de marina había armado en guerra. Enconchados .bien adentro de aquel doble semicírculo, ora para abandonar espacio al simulacro, y desahogar la maniobra de éste; ora para a su vez aleccionarse en lo tocante a la situación y precau– ciones que corresponderíanles en el probable evento de un ataque - los barcos mercantes, cargados o por cargarr fondeaban en las inmediaciones de la ribera, bajo el abrigo inmediato de los fuer– tes. Tripulaciones y guarniciones, hasta este instante, manteníanse en sus puestos. Parecía que, de acuerno todos, jefes de mar y au– toridades de tierra, hubiéranse conservado en facha para aguardar y repeler la irrupción independiente. Cochrane debería dirigirse sobre la "Venganza", abordarla sú– bita y rápidamente, y apresarla allí mismo, o arrastrarla a remol– que con cables y garfios , en tanto que se lograba hacerla presa. Guise, simultáneamente, con iguales repentismo y eficiencia, debe– ría practicar la operación contra la "Esmeralda". XVI Pónense la "O'Higgins" y el '·'Lautaro" a tiro, y contra lo que el audaz marino pensara, mar y tierra recíbenlos al golpe de terri– bles andanadas. Aleccionados los realistas con el desastre de la "María Isabel", que ese día reconocen ser la almirante del lord, y sírveles por ende de recuerdo vivo, presente, palpable de las fla– mantes incidencias, no caen .en la red 'engañosa que les tiende el pa– bellón estrellado de los barcos surgentes; sino que muéstranse de– cididos a no dejar burlarse otra vez. Como si todos se conjurara contra los ardidosos atacantes, la claridad solar se vela, la neblina entra en nueva condensación, y sobreviene, en la atmósfera, muer– ta calma, que frustra el abordaje, imposibilitando su maniobra pre– ·j a . Los Clos buques patriotas, aislaaos n el tramo central de la bahía, quedan incapaces de operar con las anheladas intensidad y

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx