Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

580 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ go del surgidero, con hiriente ludibrio para naves y fuertes; y así satisfecha su ansiedad de gloria, resbálase tranquilamente, como quien torna de un viaje de recreo., y aléjase majestuoso hacia la isla. Dobla el cabezo de ésta y fondea a sotavento, del lado de occidente, a remendar su buque. No liabía éste perdido más que el botalón y gran parte de la jarcia, que "sufrió mucho" (39); y asi– mismo fueron muy pocos los muertos y los heridos (40). XVIII Grande fue la sorpresa de los españoles cuando a una mayor disipación de la neblina, casi al acabar la refriega, se encontraron, con que ésta había sido exclusivamente sostenida por la antigua "María Isabel". Sus mnemógrafos, como todos los combatientes realistas de la fecha, no pudieron menos que confesar, con admi– ración y aplauso la valentía desplegada por el nuevo almirante chi– leno, quien, indudablemente, y conforme a sus deseos, consiguió una gran victoria moral ( 41) de proyecciones decisivas. Desde ese día, ninguna embarcación hispana de guerra atrevióse a salir del fondeadero. Quedó la escuadra del virrey encajonada, y el bloqueo, aun sin haber sido notificado, establecióse de modo efectivo. No contentos con su privación voluntaria de todo movimiento exterior. los buques colorüalec; hundiéronse en lo más interno de la bahía, en pos de la protección de la fortaleza; desarmaron los aparejos; y todavía extendieron en torno suyo protectora cadena o palizada, dispuesta en doble percha con masteleros y berlinga. XIX Reparados los daños de la "O'Higgins" en muy breves horas, Cochrane insistió en presentarse al enemigo el día siguiente (le;> de marzo). Volvió a acompañarle el "Lautaro". Uno y otro buque des– pidieron vivo fuego de artillería. Sobre las cañoneras realistas, que inmediatamente se acogieron al abrigo de las fortalezas; y, "conten– to con esta demostración" de audacia y de fuerza, abandonó la ba– hía después de hacer que Forster notificase formalmente el bloqueo a las embarcaciones neutrales, que otra vez habíanse colocado fue– ra de tiro hacia el extremo norte del puerto. Ese bloqueo, pres- (39) Miller loe. cit., pág. 184. (40) Miller, id. id,- Cochrane pág. 12. (41) Camba dice que Cochrane "se lanzó dentro del puerto con el arro– jo más temerario": Op. cit. vol. I, pág. 304.

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