Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
PRIMER CRUCERO DE LORD COCHRANE FRENTE AL CALLAO 581 crito en decreto de 1? de marzo de 1819 por el almirante, abarca– ba toda la costa de nuestro virreinato desde Guayaquil hasta Ata– cama inclusive, y debería empezar a sancionarse en un término pe– rentorio de ocho días. XX El 2 de marzo resolvió el almirante la ocupac10n de la isla. No había en ella más guarnición que una de diez hombres, manda– dos por su sargento; fuerza que -sabía Cochrane- custodiaba a cierto número de prisioneros patriotas, allí condenados a trabajos forzados en la<: canteras. Tanto para libertar a éstos últimos, como para instalar en tierra, de modo tranquilo y seguro, la fábrica de brulotes y mixtos que tenía en mientes, despidió en la fecha indi– cada una pequeña fuerza de desembarque, puesta a .bordo de la lan~ cha cañonera apresada el día anterior y de los botes de la almiran– ta y del "Lau taro"; y compuesta de soldados que capitaneaba el mayor Miller, y de marineros que encabezaba el comandante Forster. La pequeña guarnición hispana se rindió en el acto, y los expedi– cionarios tuvieron el placer de abarcar a lo lejos, el bello panora– ma del puerto, de la costa, de la capital peruana, de su riente valle bañado por el Rímac, y de la azulada cadena de montañas que ha~ cía oriente envuelven en las nubes sus gigantes cimas (42). Como era natural, inmediatamente fueron puestos en libertad los prisioneros patriotas, La cautividad de éstos había durado ocho años, y su cifra alcanzaba a treintaisiete. Eran, los unos, conspira– dores de Tacna y Lima, allí confinados por Abascal; los otros, in– dividuos caídos en Huaqui y Ayohúma, y acá enviados por Goyene– che y Pezuela, desde el Alto Perú; y los restantes, víctimas de la reconquista de Chile por Osario. "Trabajaban diariamente (43) encadenados - dice Cochrane; el sitio en que dormían era un te– chado cubierto de inmundicias; y para dormir~ eran de una pier– na nuevamente asegurados contra una barra de fierro".- "La ale~ gría de esos desgraciados - agrega el lord - al recobrar la liber– tad, cuando menos la aguardaban, es imposible de concebir". Tan- (42) "El punto más elevado de la isla, dice Miller, está a 600 pies sobre el nivel del mar, y domina una preciosa y variada extensión de terreno y la ciudad de Lima, situada en una llanura a seis millas de la costa, a la misma altura que el pico de San Lorenzo, la cual aparece a la vista al pié mismo de la majestuosa cordillera de los Andes'': Memorias, t. I, pág. 186. (43) En las canteras. Cochrane guardó y ''llevó a Chile los grilletes que tenían puestos aquellos desdichados": Miller, t. cit., pág. 192.
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