Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

584 GERMA LEGUIA MARTINEZ c10n de aquella otra a cuyo nuevo serv1c10 consagráranse los tri– pulantes detenidos, no excluídos por ello de las reglas y los prin– cipios del derecho y de la humanidad. La confusión que el virrey pretendía establerer entre corsarios de una bandera no reconocida, y piratas desprovistos de toda enseña legítima, estaba desvirtuada por la conducta habitual de las escuadras que en el Pacífico tenían las naciones más poderosas y civilizadas de la tierra; escuadrªs que, habiendo recibido de sus gobiernos encargo expreso de perseguir y castigar a cualesquiera corsarios abusivos, por esos incursos en el crimen de pirateria; jamás habían molestado, sino antes bien respetado a los que encontrábanse ejercitando el corso con paten– tes expedidas por los nuevos gobiernos de América; circunstancia que representaba un reconocimiento de la soberanía de estos pue– blos, si nó de derecho, de hecho; y, si nó expreso, tácito. Hablando, en fin, del almirantazgo, cuya aceptación Pezuela enrostrábale co– mo una falta, Cochrane, ardorosa y brillantemente, expuso a su contrincante que "un lord de la Gran Bretaña era un hombre libre, capaz de discernir lo justo de lo injusto, y de aceptar pueblo y par– tido que tratasen de restablecer los fueros de la humanidad ultra– jada".- "El lord Cochrane, dijo, sin faltar a deber alguno, y sin el menor asomo de responsabilidad, ha querido y pedido abrazar honrosamente la causa de Chile, con la misma libertad y franqueza con que repudió el ofrecimiento que, en nombre de su rey, hízole en Londres, del cargo de almirante de las fuerzas marítimas espa– ñolas, el embajador de España en Inglaterra, duque de San Carlos. Este interesante torneo diplomático, en que el triunfo de la versación, del juicio enérgico y de la sana doctrina fuera del gran marino - tan gran marino como internacionalista experto y hábil, con relación a su época - fué cortado por el virrey, que rehusó en forma decisiva el propuesto canje de prisioneros (46). XXIII Había, .entretanto. el bloqueo entrado en su período prohi– bitivo, y era tanto más efectivo cuanto mayores, cada día, eran el respeto y el temor que el notificador de aquella hostilidad marí– tima inspiraba a amigos y .enemigos. El decreto pertinente, expedido, como ya se dijo, el lo. de marzo de 1819, prohibió principalmente la exportación; particu– larizó lo que debería entenderse por contrabando de guerra; y (46) Cochrane, Memorias, págs. 14 y 15.- Bulnes, op. et vol. vit., pág. 264 a 266 .

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx