Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
592 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ costa, para obrar en el país como después se hizo, tomando fieles informes de los movimientos de los enemigosn (3). Allí, en fin, en las páginas de los mnemógrafos peninsulares, está la constan– cia de los rigurosos castigos con que por los realistas procuróse reprimir el incontenible entusiasmo de esos moradores. Demués– tralo mejor que nada, la siguiente narración. II Salió la pequeña armada de San Lorenzo el 28 de marzo, y el 29 temprano fondeó en el puerto de Huacho, distante una mi– lla escasa del pueblo d el mismo nombre. En el acto acudieron los habitantes de éste último a la playa, en que habían recalado las lanchas de la flota; y esa playa convirtióse en una feria, en que fueron ofrendados a los recién venidos todos los productos del valle, inclusive algunos cerdos y cincu.enta cabezas de ganado va– cuno. El pago fue religioso . Por más abusos y extorsiones que en sus correrías cometiera, el almirante, hombre avisado y perspicaz, mal podría dejar de comprender que la única manera de atraerse el afecto y la ayuda de los naturales era cautelar cerradamente sus intereses y derechos, y hacerles comprender, con ejemplos vi– vos, que todas las hostilidades estaban exclusivamente reservadas para los españoles. "En mis procedimientos, dice, tuve el particu– lar cuidado de granjearmf.' la amistad del pueblo peruano, em– pleando para con él medidas conciliatorias, procurando escru– pulosamente que se respetaran sus propieuades, y ordenando que no se tomara nada que no fuese exclusivo de sus dominadores., ( 4). Afirmáronse así la buena voluntad y la deferencia que halló entre nuestros paisanos, y pudo de ellos alcanzar, ®Orno alcanzó, los más denodados servicios. III Ese primer día nada hizo el representante de la autoridad co– lonial en el pueblo inmediato por impedir aquella serie de transac– ciones amistosas y fáciles. Su impotencia inclinó la cólera genial de los realistas lugareños a la tolerancia, y aún ha afirmado el almirante que esta be1~evolencia forzada ~e tradujo en un permiso expreso, lo que es dudoso. Fuere ello lo que fuese, es positivo que el segundo día (30 de marzo), esa autoridad reunió a los milicia- (3) Op. ref., págs. 21 y 18. (4) Mem., pág. 18 .
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