Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
594 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ suponiendo que quizá la escuadra a que pertenecían hubiera sido atacada inopinadamerJte y a deshoras por la española encerrada hasta entonces en el Callao, uniéronse y emprendieron vertiginoso camino hacia la rada. Llegados a ésta, pudieron con íntimo gozo, imponerse de que aquéllos disparos sospechosos no eran sino sal– vas con que los buques de Cochrane saludab~n a los de la divi– sión del almirante Manuel Blanco Encalada enviados a incorpo– rarse en el grueso de la flota. Sabemos que esos buques eran el "G::l.lvarino" y el "Pueirredón'' , dejados en Valparaíso a la espera de los que el agente Aguirre tenía anunciados como próximos a salir de los EE.UU. del Norte, con destino y para el servicio de la causa; y que el gobierno de Chile, cansado de aguardar a éstos últimos, sabedor de que su adquisición y envío eran ya dudosos, juzgó conveniente despachar de refuerzo a Cochrane, que los re– cibió con el contento que es de calcular (7). V La apanc10n de la escuadra chilena frente al principal puerto del virreinato, y el bloqueo declarado en su consecuencia, habían, entretanto, despertado alarma vivísima en el gremio de los co– merciantes españoles, que, tem~rosos de perder sus caudales de retorno a la Península, dié1:'0nse a dar y cavar sobre la más acer– tada manera de expedirlos con toda seguridad. No encontraron otra mejor (como que resultaba la única)., que embarcarlos clan– destinamente en alguno de los puertos del norte; y, mientras lle– gasen las naves conductoras, ir despidiéndolos de Lima, y depo– sitándolos en uno de los mismos bien alejados del bloqueo. Así fué como esos tesoros aparecieron escalonados a lo largo de la costa, principalmente en la casi ignorada y desierta caleta de Huambacho; fondeadero de seis a siete brazas, emplazado en el in– terior de la bahía de Samanco. A esa caleta había ido el bergantín francés "Gazelle", a cargar sesenta mil pesos, pertenecientes a la póderosa compañía de Filipinas; y en.los momentos en que Forster y Guise hallábanse en Huacho, otros dos contingentes, el uno de cuarenta mil pesos y el otro de setenta mil, caminaban, con igual (7) Los barcos de Blanco salieron de Valparaíso en la noche del 17 de marzo; surgieron en el horizonte del Callao el 28, a las seis de la tarde, ho– ras después de haber partido Cochrane al norte; y, sabiendo el 29, por Carter, que el almirante en jefe había dirig:ídose a Huacho, salió en pos de él el 31 a primera hora, y se le unió, como acabamos de ver, ese mismo día, a las 9 h p.m.
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