Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
PRIMER CRUCERO DE LORD COCHRANE FRENTE AL CALLAO 605 XV Bien cargado y acondicionado a bordo el extraordinario botín, Cochrane dió velas al sur, y el 5 de mayo siguiente surgió en el Callao, inquieto por no encontrar en esa bahía a la división Blan– co, encargada, al partir el almirante, de vigilar aquella costa y hacer que se respetara el bloqueo. Retrocedió en su busca a Huacho, des– pués de avizorar ansio o t<;>das las radas intermedias; y, no tenien– do noticia alguna de lo que vivamente averiguaba, siguió a Supe; puerto en el cual entró el día 8, esto es, al mes justo de haber salido de él. Tampoco supo allí nada de su subalterno (32); pero, una vez arribado a ese punto, quiso aprovechar la pasajera estadía en recoger y embarcar los productos, artículos y ganados que, por falia de trasportes, quedaran abandonados o depositados en el viaje anterior. Un primer desembarco se frustró, durante el día, por lo fuerte e indominable de la marea; pero, en la noche del mismo 8, con tiempo más bonancible, Forster, Miller y Vidal pasaron a tierra, y dirigiéronse, primero que nada, a la propiedad del español Manuel García, a fin de extraer el azúcar, el aguardiente, las reses y los esclavos que aun restaban en el casi arrasado "Conventillo", quqe tal era el nombre de la desventurada hacienda. XVI Ese día constituyéronse a bordo de la "O'Higgins", para ofrecer incondicionalmente sus servicios a Cochrane, y salvarse a la som– bra de sus masteleros, varios patriotas peruanos distinguidos; tales como el presbítero Dr. D. Cayetano Requena, oculto en esa costa; tenazmente perseguido por el virrey y sus agentes, que en casa de aquel noble sacerdote acababan de sorprender algunas de las co– municaciones dirigidas por el almirante a los patriotas limeños; y varón virtuosísimo que, trasladado entonces a Chile, tornó al Perú en 1820, en la alta calidad de vicario del ejército libertador. Con él presentáronse los jóvenes voluntarios don Andrés Reyes, presunto gobernante transitorio de nuestra república; don Juan Franco y don José María Pagador, desde entonces militares apreciables de ésta. pacidad española; corno era incomprensible, para los chilenos indisciplinados que en la mayor parte tripulaban la escuadra, ver que se les impidiese el sa– queo". Op. cit., pág. 19. (32) Falto de víveres, Blanco se había ido a Valparaíso, en donde ya le encontraremos.
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