Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
608 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ despedía propios a Lima en solicitud de refuerzos. El virrey tornó a enviar a Cevallos Escalera con el batallón Cantabria, y a García Camba con el escuadrón de Dragones del Perú, que, como el cuerpo anterior, habían estado en Huacho ya otra vez. Camba tomó la vanguardia, pasando de frente a Supe con sus doscientos caballos, y cien infantes del Cantabria llevados a la grupa. El 13 de mayo arribó a Supe, en instantes en que la última sección del cargamen– to era llevada a bordo, y cuando las fuerzas victoriosas del "Con– ventillo", con Forster y Miller, estaban todavía en tierra. Los dos jefes patriotas no rehuyeron, sino que aceptaron el lance, al pare– cer inevitable, y al efecto tomaron posiciones sobre las dunas pró– ximas a la playa, protegidos, a la derecha, por la lamería y la punta de Atahuanqui, y a la izquierda por el mar. Engrosados, como ya se dijo, con los esclavos de las haciendas circunvencinas, armados, aunque a la ligera, los patriotas ofrecieron una masa de algo así co– mo seiscientos hombres, difíciles de dominar y vencer (tale~ como habíanse posicionado en esas alturas) sin un · largo, feroz y san– griento combate. Camba se creyó impotente para acometer al ene– migo con sus trescientos hombres, que por tanto limitáronse a mo– vimientos de mera observación, sin mostrar el menor propósito de venir a las manos. Viendo esa actitud temerosa del adversario; acabada la operación de la carga; y, no teniendo ya misión que desempeñar en tierra, descendieron Forster y Miller con su gente, siempre arma al brazo y listos para Ja brega; y a vista y paciencia de Camba, reembarcáronse sin más peligro ni molestia ( 38). Camba dióse, en sus partes, el pisto de haber, con su presencia, provocado esta retirada tranquila y en orden de los independien– tes, dejando comprender que ella había sido desorgánica y ' 'ertigi– nosa; pero es lo cierto que, pudiendo y debiendo, por lo menos, es– torbarla, ningún esfuerzo practicó para conseguirlo. XX Faltóle a la flota hacer aguada, a consecuencia de los inciden– tes relacionados; así que, para hacerla, por un lado, y siempre de– seoso de saber de Blanco, por otro, Cochrane dió la vela a Huar– mey, donde, a la vez que tomó el agua necesaria, recogió y trasla- (38) Dice Cochrane que esta vez embarcó en Supe "gran porción de ga. nado (Memorias, pág. 22); pero Miller afirma que lo cargado, en este ren– glón, del botín, fueron "unos cuantos bueyes" (id. pág. 189). Agrega este último que la única cosa obtenida por García Camba de esta expedición, se redujo a "cien capotes olvidados ": loe. cit.
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