Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

620 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ Hao, a fin de desembarcar en la primera (hasta entonces ocupada por los españoles) tropas abundantes que lanzáranse a la recon– quista; y de unirse con la escuadra anclada en la segunda, para barrer la débil y flamante de Cochrane y restaurar el monopolio hispano del Pacífico. El aviso venía de Buenos Aires, y, concretado en rápidos términos, anunciaba la salida, actual cercana, de la fra– gata "Prueba" y de los grandes navíos "Alejandro" y "San Telmo", todos de guerra o línea, surgentes en más o menos tiempo, sobre es– tos mares, y por supuesto conductores del más grave y peligroso de los conflictos. XI Tan segura emergencia no podía menos que preocupar gran– demente el espíritu de los gobernantes chilenos y de sus aliados 1os argentinos, ya que aquélla podría en su seno amasar el rayo des– tructor de todos los obtenidos, de todos los sueños forjados y de todos los sacrificios hechos. O'Higgins hubiera querido que la escuadra entera partiese con sus cohetes aniquiladores camino del Callao; allí buscara en su propio refugio, y pulverizara a la escuadra española; y luego tor– nara al sur, en pos de la flota sobreviviente y la despedazara a su vez. Cochrane, expresamente consultado sobre el punto, reincidió (23 de julio) en el esquema marítimo-terrestre ya por él esbozado en la nota del 9 de mayo y, verbalmente, en su entrevista con el Director. En su concepto, "lo mejor en la guerra era, no seguir a los acontecimientos, sino anticiparse a su curso"; y, en consecuencia, para alejar todo peligro de la costa de Chile, adonde parecían di– rigidas las fuerzas embarcadas en la enunciada flota, "dar al ene– migo ocupación en su propia casa", a fin de que "no se empleara en atacar puestos avanzados, estando su centro en peligro"; lo que, en definitivos trazos, consistiría en "atacar al Perú, poner armas en manos de sus pueblos, y revolucionar las provincias". Días después (31 de julio), en varias comunicaciones (no menos de cinco), fijó números concretos para sus planes, y propuso que, además de los mil trescientos cuarenta hombres de mar de la armada, se embar– cara en ésta una división terrestre de ochocientos - a saber, seis– dentos infantes, ciento cincuenta jinetes y cincuenta hombres de artillería - para con ellos llevar a cabo la incursión setentrional o meridional vislumbrada, mientras el "Galvarino", el "Araucano" y la recién llegada fragata "Independencia", estacionáranse en el Ca– llao, no tanto para continuar sustentando un bloqueo en forma,

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx