Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
EL LORD EN VALPARAISO 623 contra el almirante. De rechazo¿ como consecuencia racional de esa situación, tan dañosa para el poderío naval independiente, para la tranquilidad, orden y disciplina de la flota, Cochrane encontróse, a su vez exaltado al papel de jefe del partido de oposición surgido contra el gobierno. Mientras aquéllos atiborraban a O'Higgins con sus chismes y quejas contra el lord, éste último hacía llover, sobre el asend~reado director y su ministro, las lamentaciones y protes– tas de la escuadra, por la falta de vestuarios, la escasez de provi– siones, la indefinida suspensión en el pago de los socorros ajusta– dos, y la tardanza en sufragar las consiguientes sumas, cancelato– rias de tales adeudos. A la vez, Cochrane formulaba reclamaciones personales por lo que a su contrata correspondía; contrata cuyos términos aparecían oficialmente pospuestos y olvidades. Reclama– ba el sueldo de que todo almirante disfrutaba en Inglaterra; esto es, la suma de diez mil pesos, que al solicitarlo se le había ofrecido, en vez de seis mil que, sin razón, se le había estado abonando desde su arribo a Valparaíso. En cuanto a participación en las pre– sas, exigió la octava parte para sí, en lugar de la décimasexta, única que se le había reconocido; y, después de recabar ahincadamente la inmediata entrega de las parcelas debidas a su gente, en el pingüe botín recogido y traído de la costa del Perú, acabó por sostener y demandar la adjudicación de la totalidad, para distribuir– se entre oficialidad y marinería, manifestando que, de no hacerse así, seríale imposible contener la deserción escandalosa que en las tripulaciones se iniciaba (24 de agosto), y que, disminuyendo el rol de los buques de guerra, afluía a engrosar el de los buques mer– cantes. XIV Estas tenaces y enfadosas exigencias tenían su raíz y explica– ción en las imprudencias con que el gobierno le hería en la persona de su rival. Movida, una vez por el lord, la gente del "Lautaro" entabló queja, por supuesto mentida o exagerada contra el trato de su comandante (lC? de julio). La respuesta de Centeno y de O'Hig– gins al memorial formulado con ese objeto, fue nombrar a Guise, el día siguiente (2 de julio) comandante en jefe, de la escuadra durante la ausencia de Cochrane, que, como hemos visto, habíase dirigido por algunos días a Cancón. Simultáneamente, el mismo O'Higgins comprometíase en el sentido de dar a Guise el mando de la "Independencia", próxima a llegar de los EE.UU., enviada por el agente Aguirre y conducida por el capitán Delano, a quien ya conoceremos. Pues ocurrió que, por orgullo o por astucia, que descartaran la rivalidad de Guise como directa e inmediata res-
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