Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

626 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ XVI Ello es que Cochrane partió a su segundo crucero sin que hubié– rase nombrado capitán para la almiranta; que, ante esotra debi– lidad del gobierno, salióse una vez más con la suya; y que, por esto y por las otras incidencias que quedan resaltadas, había dejado de ser persona grata para el elemento oficial. Había éste desaprovecha– do la oportunidad de subplantar al gran escocés, sobre todo por la prudente consideración de O'Higgins, empeñado en no disgustarlo ni empujarlo a uno de sus arranques de rebeldía y fatídicas au– dacias. Listos, entretanto, los cohetes a la Congreve, en la cantidad por el almirante exigida, y en la calidad (al parecer) que para sus sueños calculaba, pensóse (fines de agosto de 1819), en despedir la expedición que se reputó evidentemente destructora de la armada española, con la no insignificante ventaja de poner límite a las d isensiones y escándalos surgidos, y de restablecer a bordo la des– medrada disciplina, con el estínmlo de la presencia del adversario, la reaparición del peligro y la necesidad de atenerse y agachar la frente ante el prestigio y el valor, jamás desconocidos, del discu– tido almirante. XVII Diéronse a éste las instrucciones respectivas seis días antes de su nueva partida (6 de setiembre); y en ellas se hizo gala, como en la vez anterior, de maniatarlo y cohibirlo, prescribiéndole como objetivo único de la expedición el puerto del Callao; la destrucción, en el mismo, de la escuadra enemiga, refugiada bajo los fuegos de las baterías; la espera, en esa rada, aún destruída la armada espa– ñola, de la anunciada división naval procedente de la Península, que debería ser batida y destruída a su vez; el mantenimiento del blo– queo; la inmovilidad de la flota independiente, "aún a riesgo, dice Bulnes, de dejar escapar, a sus costados, buques de guerra o mer– cantes" (22) del adversario o de los neutrales contrabandistas; y, (22) Op cit., pág. 305 .- En este capítulo, por lo general, seguimos al autor enunciado, que, habiendo tenido a la vista la multitud de documentos originales y valioso , existentes en los archivos chilenos respecto a Cochra– ne, es el que más detallada y exactamente trata los sucesos de esta parte de la vida del lord, apartándonos de él, como habrá visto el lector, única– mente en aquello que hemos reputado exagerado, parcial o poco acorde con el espíritu y los trazos de la verdadera historia.