Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
EL LORD EN VALPARAISO 627 con todo ello, la prohibición de todo desembarco en la costa del Perú, salvo el caso en que "la opinión de Lima derribase ai virrey y los p eruanos solicitaran el auxilio del lord"; evento único en que ese auxilio "debería concederse, desembarcando las tropas necesa-· rias para apoyar las operaciones y planes de los patriotas" (23). XVIII Profundamente disgustados con estas taxativas, que sin embar– go temía y aun aguardaba, el almirante y su flota inflaron velas con rumbo norte el 12 de setiembre, fijando, como primer punto de arribada, el puerto chileno de Coquimbo. Allí esperábale a Cochra– ne un nuevo engaño, que estuvo a punto de arrancarle definitiva– mente del servicio de Chile. Efectivamente, en previsión del desem– barco único para el que se le facultaba, a pesar de la prohibición genérica de pisar y hacer incursiones en la línea peruana, el minis.. tro de guerra Centeno, a quien Cochrane urgía y presionaba para la entrega de las tropas prometidas, aseguróle que éstas últimas encontrábanse en el puerto antes nombrado, prontas para embar– carse y seguirlo, mil hombres era el número que el lord había soli– citado, comprometiéndose mediante tan escasa gente, a "tomar, con todo, los fuertes del Callao, y destruir las embarcaciones españolas que había en el puerto" (24). Llegado a Coquimbo el 16, encontró que no existían tales mil soldados 1 sino sólo noventa (25) y éstos "en estado tan andrajoso, que los habitantes hubieron de levantar una suscrición de cuatrociento~ pesos, entregados al mayor Milier para comprarles ropas" (26). El enojo del almirante, ante aquella burla, no tuvo límites. La pequeñez y necedad de las instrucciones que se le impartían; la estrechez en que salía la escuadra, ''por no haber podido realizarse un empréstito" planeado con ese objeto; empréstito para el cual los comerciantes de Valparaíso apenas si habían sufragado cuatro mil pesos (27); la ineptitud de las tripulaciones, "compuestas, en su mayor parte, de paisanos chilenos, a quienes era difícil convertir en buenos marinos"; por lo que los oficiales, "todos ingleses o nor- teamericanos, tenían que suplir la falta de pericia" de sus roles, "obligados a desempeñar simultáneamente el servicio de marinos (23) Id. id. loe. cit. (24) Cochrane, Memorias, pág . 27 . (25) De artillería de marina: Bulnes, op . et vol. cit., pág. 306. (26) Cochrane, op. et loe. cit. (27) Id. id.
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