Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

638 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ otros, sin encenderse, caen a la mitad de su trayectoria; ninguno, aún estallando, provoca el incendio en que se confía, ni ofende casi su ex– plosión, caso de hacerla, a los hombres o cosas del adversario (22). Este entretanto, causa daños atroces con sus proyectiles. El "Gal– varino" recibe cuarenta cañonazos y experimenta con ellos grandes averías (23). Una bala rasa rompe el trinquete y los masteleros del "Araucano"; daño que exige reparaciones serias, aún a costa del equipo del "Lautaro" (24). Una bomba de a 24 parte en dos el férreo cuerpo del simpático, diligente y bizarro teniente Bayly, y degüella a uno de los marineros que se levantan detrán de él; marinero cuya cabeza ensangrentada salta sobre las ondas como otra bala perdida. Ambos pertenecen a la balsa de Miller. Otra bomba realista hace ex– plosión en la balsa de Hind, capitán que, empapado en su sangre, es impelido al mar con gran cifra de los suyos, todos gravemente heri– dos. No se ahogan, gracias a la feliz precaución de los salvavidas (25). Antes de esta desgracia, dicho Hind y doce de sus marineros reciben dolorosas quemaduras, causadas por los cohetes :mismos que ellos están encargados de prender y despedir; con lo que esa arma ofensiva se hace espantosa para quienes la manejan. Una de las bal– sas naufraga, echnda a pique por el incesante cañoneo de tierra. Al volar Hind, vivo por felicidad, el pánico es tal, en la balsa que ha te– pido a sus órdenes, que, aunque los tripulantes de ésta sean volun– tarios, arrójanse al agua todos, poseídos de una sensación invencible (26). Uno de ellos, después de recogida la mayoría, vuelve a tirarse al mar segunda y tercera vez, sin que haya autoridad ni reflexión que lo haga volver sobre sí (27). La "Independencia", enviada por Cochrane en socorro de la balsa de Hind, sufre graves averías y se para en el camino. La acción se resuelve en un desastre. Los patrio– tas padecen veinte bajas, entre heridos y muertos; número realmen– te pasmoso si se tiene en cuenta el horroroso fuego que se les hace de las baterías contrarias. Los españoles pueden con razón cantar vktoria. El alba enciende ya sus prístinos resplandores por oriente (22) "Sólo uno, de cada seis cohetes, salió cual correspondía: algunos reventaron, porque los cilindros eran malos; otros tomaban una dirección indebida; y la mayor parte quedaban cortos"; Miller, loe. cit.- "Algunos se apagaron en tierra, y así se cambió la naturaleza del combustible que en– cerraban". Mendiburu, t. VI, pág. 327. (23) Miller, loe. cit. (24) Cochrane, Memorias, pág. 28. (25) Miller, loe. cit. (26) Ellos mismos habían, en efecto, solicitado ir de preferencia en la expedición: id. id., loe. cit . (27) Miller, id. id.

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