Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
644 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ algún recurso extraordinario, que arrancase a los adversarios de su escondite, los forzase a batirse, y acabase por hacerlos vencer o sucumbir, todo de una vez. XV Con estas resoluciones y pensamientos, apenas llegado a las mmediaciones de la isla de San Lorenzo ( 3 de noviembre), en cuyas ensenadas posteriores se agazapó al cabo, invisible, para mejor pro– ceder; despachó ( 5 de noviembre), con advertencias escritas, claras y precisas, una expedición de desembarco a Pisco (de que ya habla– remos); y planeó (4 de noviembre), perdiéndose en los detalles más nimios, una astuta sorpresa, que imaginó eficacísima, contra la flota contraria. Esa sorpresa era, en resumen, la caza que, a la vista de los defensores del puerto, debería el ''Araucano" (capitán Crosbie), úni– co buque al parecer reencargado del bloqueo, hacer del ''Pueirre– dón" (teniente Prunier), disfrazado debidamente de embarcación mercante española. Pintado éste último (como ya estaba) a la ma– nera que los buques peninsulares de su especie, y trayendo al tope el pabellón hispano, debería ;'proceder hacia la bahía de San Lo– renzo; avistar la tierra al S.O., a las dos de la tarde (40); reconocer al "Araucano" (a la vista de la escuadra enemiga); reconocido, huir de él, cuidando de dejarse alcanzar, un poco a sotavento y a alguna distancia de la isla; mandar un hombre al tope del trinquete, para allí afirmar la insignia mercante española; mantener ésta izada, antes y después del apresamiento; soltar (a los tiros o descargas cerradas del "Araucano") la esioba de velacho de barlovento, como cortada por alguna bala; manifestar tener al acercarse, soltando brazas y drizas, y arreando velacho y gavia; dejarse llevar, con rumbo O.N.O., por el buque apresador, a remolque, o tan cerca que lo pareciera; si el enemigo diera capa o pareciera determinado a se– guir, pasar entre el Pelado y las Mazorcas, treinta millas al N.O. del Callao; y, caso de caer la red, atraerlo al O.N.O. y aun algo más a sotavento, si ello fuera dable. Tales eran las instrucciones del "Pueirredón". (40) Del 4 de noviembre mismo, fecha en que, muy temprano, se exten– dieron y se entregaron estas instrucciones a Prunier y Crosbie, suscritas por Cochrane "de su puño", como él dice.
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