Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

654 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ americana, y presunto fundador de la familia de aquel apellido, exis– tente en el Perú; la tercera, superior en número, y digamos núcleo de la columna de invasión, con el denodado Miller a la cabeza; y la cuarta, con el propio Charles, comandante en jefe. La finalidad estratégica de dichas cuatro secciones es la siguiente: Urquiza, sobre el montículo en que están la artillería y la caballería españolas, o sea sobre el extremo de la línea de éstas; Soyer, sobre el centro; Miller, sobre la izquierda, que, como emplazada hacia el despoblado intermedio, parecía ser la más numerosa y compacta fuerza contra– ria; y Charles, con la reserva, para dar apoyo a la sección que resul– tare más débil, o acometer allí donde la acción se pr~sentare más reñida o más probable de resolver. Hind, con sus cohetes (7), y la . marinería ya destacada, con Robertson, Gibson y Sowersby, conti– nuarán el asalto llevado a la fortaleza de la orilla, o impedirán que sus fuegos, ocupados en el rechazo de aquel asalto, molesten y ofendan la retaguardia de los patriotas. VIII Así reglados éstos, en plena acción y bajo los contrarios fuegos, escuchan los entusiastas toques de ''avance" y "a la bayoneta'', a cuya mágica resonancia, propagada por la brisa matinal sobre los crespos médanos del despoblado, lánzanse decididos y serenos. Char– les, con veinticinco soldados, hace una conversión sobre su propia derecha, llevando un reconocimiento, que las circunstancias hacen indispensable, sobre la izquierda del enemigo. La línea toda pónese en movimiento, Miller antes que nadie, con el poblado por objetivo, que es el perímetro de la línea y el campo de González. Los inde– pendientes, como Córdoba en Ayacucho, fusil al brazo y a bayoneta calada, vuelan, cuando es posible, sobre las arenas, envueltos en el manto de proyectiles que, al aproximarse, envíanles sin tregua los adversarios, desde el fuerte, desde el collado, y las tapias, los techos y las torres de la iglesia en que grupos de españoles o milicianos del lugar se han parapetado convenientemente. El fuego es ''horro– roso" (8). Antes de entrar en el pueblo, luchando contra algunos pe– lotones avanzados de la línea contraria, cae el heroico Charles, mor– talmente herido. Lo mismo que el capitán Urquiza. Miller asume el comando superior, mientras se recoge y atiende al malaventurado y joven comandante en jefe; y "la columna patriota avanza siempre, sin hacer un tiro, con el mayor silencio, con la serenidad y firmeza (7) Camba, vol. I, pág. 314; y Miller, op. et vol. cit., pág. 203 . (8) Miller, loe . cit., pág. 204.- Cochrane, id., pág. 35.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx