Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
SEGUNDO CRUC1!.RO DE LORD COCHRANE 655 de los verdaderos veteranos, a pesar de las pérdidas que sufre a cada paso" (9). "Ese silencio, la rapidez y el buen orden con que proceden, infunden un terror pánico en los enemigos, que huyen cuando se ven a unas quince varas de las bayonetas independientes, y así son completamente batidos" (10) en las calles de ingreso. González se hace fuerte en la plaza. Síguelo Miller, que allí es gra– vísima y triplemente herido: una bala de fusil le entra por el pecho, rompiéndole una costilla y saliéndole por la espalda; una segunda le bandea el brazo derecho; y la tercera le inutiliza la mano izquier– da, dejándole manco "para siempre". El mando recae entonces en el teniente alemán N. Guticker, que acaba de barrer con los realistas, expulsados de la villa y tomar ésta por completo. González, aún per– seguido, corre desalado hacia Caucato, a la margen derecha de Pisco. El fuerte de la playa se rinde, el "Gantón" se entrega; la victoria es brillante, completa ( 11): una hora ha bastado para arrancarla a los dominadores del suelo. Dos grandes desgracias la empañan, y en– tristecen el corazón de la diminuta hueste victoriosa: la muerte de Charles, que, trasladado a bordo del "Lautaro", expira horas des– pués; y la casi segura de Miller, trasladado también, con su jefe y amigo, al propio buque. Almas nobles, incapaces de bastarda emu– lación, y por eso abrasadas de un recíproco cariño y mutuo aprecio, su tierna despedida conmueve a cuantos en el puente de aquel buque la presencian, en instantes en que Charles conducido a la cámara de popa; lugar en el cual, ''por la bondadosa amistad del capitán Guise", Miller se encuentra ya instalado anteladamente. Minutos an– tes de exhalar el postrer suspiro, llama Charles a su hermano, y le obsequia y entrega su espada, para que con ella luche y dé su sangre en pro de la causa misma en cuyos altares ha inmolado la existencia. "Sereno y dueño de sí hasta el último momento de su vida, muere en forma que haría honor a cualquier héroe de la antigüedad o de los tiempos modernos. Oficial bizarro y de grandes talentos, la gentileza y suavidad de sus maneras le han granjeado el cariño y el respeto de cuantos le conocen" (12). ''Al Coronel Charles -exclama elocuentemente Guise en su parte de 8 de noviembre- (9) Miller, id., id. (10) Id. id. id. (11) Los mnemógrafos hispanos reconocen, todos, el heroico comporta– miento de la diminuta fuerza patriota y su serenidad a toda prueba: uno de ellos, Camba, dice: "'Aunque el general González había tomado sus disposL c10nes para una conveniente resistencia, no fue ésta de larga duración, por– que, observando su bizoña tropa que, no obstante sus fuegos, el enemigo avanzaba sobre ella, perdió la serenidad y se desbandó'' Op. et loe., cit. ( 12) Miller, id. id.
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