Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

SEGUNDO CRUCERO DE LORD COCHRANE 659 fectados (21 de noviembre), que en el acto partieron con aquel destino a las órdenes del contralmirante Blanco, convoyando a la ''Jerezana", convertida en transporte-hospital y repletos de gente de mar epidemiada, que en su mayoría pereció en el trayecto. Momentos antes de su viaje, Blanco pretendió llevar consigo al moribundo Miller; pero los cirujanos declararon peligroso el trasbordo de un herido en tan malas condiciones como las que encontrábase el glo– rioso jefe, y hubo éste último de continuar en la "Lautaro" hasta Guayaquil. XI Por su parte, Cochrane partió de Santa el mismo 21, y tocó en Paita el 26. No llevaba más que cuatro de sus naves: la fragata almirante ("O'Higgins"), la fragata ''Lautaro" y los bergantines "Gal– varino" y "Pueirredón". Veinticuatro horas después, o sea en la tarde del 27, navegando toda la noche, penetró en el golfo del Guayas y se dirigió a la Puná sin práctico, así ''despreciando, dice Camba, con su genial temeridad, los peligros que los bajos ofrecen a la navegación" (21). Habíase adelantado a los demás buques y, en consecuencia, iba solo. Favorecido por el flujo o alta marea del Guayas, la navegación fue fácil y pronta durante la noche. Al ama– necer del 28, día radiante y alegre como todos los de la región, ve surgir de las aguas la pomposa isla coronada de palmeras y descubre, anclados en el principal de sus fondeaderos, dos grandes fragatas españolas, al parecer armadas en guerra, según déjalo comprender la doble fila de bocas de su artillería. Sin arredrarse ante el número de los contrarios, avanza sobre ellos haciendo fuego. La brega dura apenas veinte minutos. Una y otra embarcaciones realistas apenas si pueden maniobrar, faltas de fondo marino, a consecuencia de la baja sobreviniente en la pronunciada y habitual marea del río. La "Be– gonia'', que tal es uno de los dos buques atacados, arría su bandera y se entrega con sus veinte cañones. El "Aguila" que es el otro, resiste todavía con los treinta que tiene a bordo. El animoso Vidal, impaciente ante tal resistencia, dirígese al almirante y se ofrece para el abordaje. Cochrane lo ordena en seguida. Vidal lanza, antes que nadie, su garfio y salta sobre el puente de la nave española. Instantes después, la marinería de ésta, que es ante todo mercante y nó de guerra, rinde las armas ante la bravura del teniente peruano y de los patriotas que le siguen (22). Las dos fragatas son hechas presa. (21) Op. et. vol. cit., pág. 315. (22) Juana Manuela Gorriti, artículo cit., Re;vista de Buenos Aires, t. II, num . VII, págs. 434 a 437, año 1863 .

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