Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

VALDIVIA.- LA GORRA DE VIDAL 681 XVI Orillando las sinuosidades de la playa, la línea siniestra lateral del fuerte "Inglés" se desenvuelve hacia el mar entre sucesivos ángulos: dos salientes y el tercero entrante; éste último, interme– diario respecto de los otros dos, y semejante al que abren sobre su costura las hojas de un libro verticalmente colocado y abierto. Vistos de la explanada, el primero de esos ángulos salientes está del lado de aquende, cobijado por la selvática maraña del barranco, "cuyos troncos y ramas, dice Miller, cubren espacio considerable del re– cinto"; y del lado de allende , "bañado por el mar" (24). El entran– te, subsiguiente al anterior, se apoya en angosta faja terrestre, peli– grosísima, porque hasta ella se empinan y bullen y espumajean los tumbos y latigazos del océano. El último saliente, contiguo al arran– que de la muralla delantera y a la atarazana o plaza de armas inte– rior, descansa con sus gruesos paredones sobre tierra firme. La pupila líncea de Vidal, abanderado de la expedición (25), mientras la excitación impera en su ánimo a la par que en el de todos los suyos, ilumina fosfórica ese borde del castillo. Llama a su lado a los soldados más próximos que deseen seguirle, y con ellos, en diminuta aunque hercúlea partida, dispárase sobre la selva. "Tam– bor, grita, paso de ataque!" Una bala destroza, arrebata y precipita la caja de guerra. ''¡No importa!", exclama el denodado subteniente (25), y, como un simio, salva en silencio ramas y copas, troncos y gordas lianas; atraviesa casi a gatas el contorno abismal azotado por las aguas; llega al pie del postrer ángulo, de su torreón y de la muralla; procura ganar una de las poternas del foso, que encuentra clausurada, pero allí mismo se prepara un puente de troncos y mim– bres que le brinda paso; pretende después encaramarse sobre el muro, sirviéndole de sustentáculo los hombros de dos soldados, ope– ración que le resulta negativa; improvisa entonces una "escala rús– tica" (27) de ramas y estacas, que, afirmada por uno de sus extremos contra una de las almenillas de la alta cerca, le proporciona fácil subida; descuélgase con su partida a la plaza; vence la atarazana (24) Loe . cit., pág. 217. (25) Cochrane, pág. 47. Este le llama "valiente y joven oficial". (26) Artículo necrológico cit., de Juana Manuela Gorriti, apud Revista de Buenos Aires, t . 11, núm. 7, págs. 438 y 439. Tal artículo, como hemos ya expuesto, fue escrito por su ilustre autora con datos que recogió de los com– pañeros de gloria sobrevivientes de Vidal, y de Vidal mismo, en la sincera intimidad que aquella cultivara con éste. (27) Miller,t . I,pág . 217.

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