Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

686 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ Sánchez, ~ l producirse la rota realista de Maipú; vasos cuyo valor no baja de 16.000 duros; 20,000 pesos en azúcar, licores y otros pro– ductos o artículos; o sea un total de 56.000, fuera del abundante y valioso botín bélico (39), tales son las ventajas del triunfo del 3 y 4 de febrero de 1820, cuyo anuncio lleva a Valparaíso un esquife expresamente enviado por el lord. La alegría del Gobierno y del pueblo, en aquel puerto y en Santiago, rayan en el frenesí. Los nom– bres de Cochrane, Vidal y Miller resuenan en todos los labios . El castillo del Inglés recibe el nombre del joven héroe peruano. Como Cochrane lo ha calculado y previsto, todos los chismes, prevenciones y críticas suscitados por el segundo infructuoso crucero, quedan oscurecidos, sepultados, olvidados por Jo magno y glorioso de la hazaña de Valdivia. Un grito de admiración y un estremecimiento de gloria propágase, de sur a norte, a lo largo del Pacídico; y el extra– ordinario Almirante es de nuevo reputado, reconocido y rebautizado con el épico mote de "Demonio del Gran Océano" ... XX Ese demonio lo es más aún, porque no se adormece sobre sus lauros. Sin pensar, ni por un instante, en ir a Valparaíso, a recibir los aplausos y los honores que por su altísima proeza tiene mereci– dos, medita exclusivamente en el modo de seguir y aniquilar al ad– versario. Decide buscarlo por tierra y por mar. Encarga de lo prime– ro a Beauchef, y él hace personalmente lo segundo, llevando consigo a sus dos brazos fuertes: Miller y Vidal (40). Beauchef, con doscientos hombres, parte en pos de Montoya y de su gente, que, por la senda de Llanos y de Osorno, pretende refugiarse en la isla de Chiloé, cuyo gobernador, Quintanilla, nié– gales indignado el refugio que le piden, les prohibe pasar del partido de Cavelmapu, y antes bien les manda recruzar inmediatamente la ría de Maullín (que separa la isla del continente) en espera del ene– migo. Montoya, viejo inútil y achacoso, pone sus tropas a las órdenes del hercúleo, pero cobarde Santalla. Este fíngese enfermo para no combatir, y entrega el mando al comandante Gaspar Fernández ae Bobadilla. A las catorce leguas de Valdivia, Beauchef tropieza con esos decaídos sostenedores de la causa colonial. Los embiste en las playas del río Toro, y los derrota vergonzosamente (26 de febrero). (39) Cochrane, op. cit., 51; y Miller, I, 220, y 221. (40) Nada tienen que ver con el primoddial objeto de esta historia las campañas de Valdivia y de Chiloé; pero hemos creído de nuestro deber corn:.. pletar el cu adro precedente en forma sucinta y rápida, por el papel que, en la segunda de dich as campañas, tocó desempeñar a nuestro compatriota, Vidal.

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