Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
CAPITULO I LAS PROPAGANDAS PACIFICA Y ARMADA I Al contrario de lo que la Historia ve en la conducta adoptada por los corifeos realistas, encumbrados por el pronunciamiento pre toriano del 29 de enero de 1821 -jefes que desplegaban muy poca actividad en un continuo movimiento-; San Martín, desde sus cuar– teles de Huaura, desplegaba en plena quietud, la más vigorosa y efi– ciente actividad. Se ha dicho, con razón, por una parte, que su papel esencial fue el de un apóstol, que, aunque colocado al frente de un ejército, va– lióse de éste, exclusivamente, para afirmar su doctrina y su palabra redentora, renunciando de modo deliberado a cualquier derrama– miento inútil de fraterna sangre; y en consecuencia, se ha expresa– do con justicia, el concepto de que, en el Perú, fue una especie de "Fabio contemporizador de la libertad y del derecho", empeñado en abandonar las cosas, en alas del tiempo, a su mero desenvolvimiento natural, erigiendo su presencia en un simple estimulante de la opi– nión y del sentimiento público, que modificarían al cabo, favora– blemente, el ambiente de la colonia invadida, hasta dar, tarde o temprano, las ineluctables consecuencias que su previsión le hacía aguardar. Su sistema, a la par bélico y pacifista, hállase resumido en al– gunas de sus expresiones, hoy bastante conocidas. "El fruto estaba ya suficientemente maduro, y pronto llegaría el momento en que, de propia virtud y sin esfuerzo, caería del árbol".- Seguro, por otro la– do, del cambio efectivo de las ideas, y del desarrollo, si gradual, invencible del hastío público, harto de desasosiego, privaciones, mi– serias y calamidades, vio su misión primordial en el empeño de "no dejar al enemigo un instante de quietud", hasta aniquilarlo por el desprestigio, el desaliento, la fatiga y el cansancio ...
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