Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

10 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ todos- disponer de nosotros, darnos libertad según los caprichos o preconcebidos planes de estos nuevos tutores del Perú? ¿Quiénes serán los que decidan cuándo y cómo se nos dará la libertad? ¿Quién la medirá, como los mercaderes miden sus varas? ... (6). "El descontento, pues, fue general y fundado" (7). Palpáronlo San Martín y Monteagudo, y resolvieron tomar otro camino, paula– tino y gradual, cuyas etapas estudiaremos en breve, para la conquista monarquizante. Por lo que hace a El Pacificador del Perú, ya no dio a la es– tampa más que un sólo número, el duodécimo; y murió luego en ple– no desprestigio. X Otra forma, y quizá la más eficiente, de la "propaganda pacífica" emprendida, en labor tan aguda como pertinaz, por el general inde– pendiente, fue la de abrir y sostener comunicación constante con todos los prohombres de las poblaciones importantes del territorio, halagando sus naturales anhelos de figuración personal; satisfaciendo su orgullo con el concepto declarado de su preeminencia en la zona de su domicilio; despertando sentimientos de civismo adormidos en la servidumbre secular; esbozando a sus ojos el panorama em– briagador de una patria autónoma; y, por fin, infundiendo la plena confianza en la victoria próxima y final, que haría reales todos los ensueños de su patriotismo. Así fue cómo abrió correspondencia con los Seminario, de Piura; con los Iturregui, Quesada y Leguía, de Lambayeque; con Torre-Tagle, y sus correligionarios, de Trujillo; con los Gálvez, Rodríguez y Egúsquiza, de Cajamarca; con los Otero, de Tarma; con los patriotas de lea, Huánuco, el Cerro, Huamanga, etc.; Y hasta con los lejanos vecinos de la somnolente Mainas, que, por el intermedio de los Alvariño y los Noriega, conquistó y exaltó hasta el heroísmo. Red invisible y cálida de entusiastas afectos, tendióse, de aquel modo, entre el cuartel de Huaura y los centros más insig– fiificantes del pueblo peruano; de irradiación latente de luz y de calor, que, forjando en secreto el rayo redentor, habría de provocar, en el momento necesario, la conmoción y el estallido. . .No fue ?tra la manera con que se produjo uno de los acae– c1m1entos mas notables y fecundos, incruentos y cuasi instantáneos e~ la epopeya magna: el pronunciamiento general y la emancipa– ción, esta vez perdurable, de la sección más extensa y rica de la colo– nia: la intendencia de Trujillo. (6) Anotaciones, págs. 81 y 82, passim. (7) Id. id. id., pág. 81.

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