Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

LAS PROPAGANDAS PACIFICA Y ARMADA 11 XI Marco de esos grandiosos movimientos, eje de su potencia, cen– tro propulsor de sus tonantes explosiones, era, naturalmente, la cru– zada traída por el ya eminentemente glorioso Washington del Sur. Esa hueste, vencedora en batallas campales cuya resonancia reper– cutió en todos los rincones de América; modelo de moralidad y dis– ciplina; conducida y gobernada por un capitán que, con sus brillan– tes éxitos, había elevado inconmensurablemente el prestigio conquis– tado en las bregas magnas de la Península; constituía un elemento de orden único, y por eso incomparable, en la "propaganda armada" que el héroe invasor había menester como nervio de su "propaganda pacífica". Constituía, en efecto, una ostentación de fuerza y de poder antes ignorados para los sostenedores de la autonomía nacional to– dos aplastados y sacrificados por carencia de recursos, en un teatro histórico en que acumulábanse los del opresor orgulloso y enemigo. Esa fuerza y ese poder, que, si no crean el derecho, sirven para forti– ficarlo y escudarlo, imponerlo y redimirlo, resultaba una lección objetiva, tangible, incontrastable, a la vista y ante el cerebro y el co– razón de pueblos sólo necesitados de un apoyo para conmoverse y decidirse. Con ellos, los Túpac-Amaru y los Velazco, los Pumacahua y los Angulo, los Zela y los Gómez, los Espejo y los Alcázar, no ha– brían perecido despedazados o colgados de la horca; si no entrado triunfadores en la Roma de los Incas o en la sede de Pizarra, conver– sa en apoteosis su negra fortuna de trágico sacrificio. Núcleo acerado y hercúleo que el adversario contempló hasta entonces de lejos, sin ganar sobre él ventaja alguna laudable; y cuyos tentáculos enormes alcanzaron a apretar el corazón de la hidra his– pana, penetrando en lo recóndito de su organismo, ora con los vuelos aquilinos de Arenales, ora con las barridas épicas de Cochrane y sus zarpazos ciclópeos, ora con los saltos fantásticos de Miller; nada pudo imaginarse superior ni más eficiente para concitar dondequiera y encender la volcánica combustión de patriotismo ...