Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
322 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ peñábanse alrededor de la capital; no había ya ~no solo de los hij.os del Perú que no fuese capaz de combatir por la libertad de la Patna; y el ejército español se vio forzado a no ver más que un enemigo en cada uno de los peruanos" ( 4). Podían algunos aristócratas -no to– dos- mirar con animadversión y desdén la inminencia de las insti– tuciones surgentes con la revolución americana, demoledoras de sus prerrogativas y privilegios; pero el pueblo todo, absolutamente to– do, inclusas las clases media y burguesa, era amigo de la libertad. "Los adictos al sistema realista, asevera el español Arrieta en sus Memorias de un soldado, eran hombres muy ricos"; pero, "era sin– gular encontrar, entre los de la opinión realista, algún pobre" (S); y García del Río, en sus cartas a O'Higgins, verbigracia del 3 de febrero de 1821, datada en Huau:ra, podía "garantizar el triunfo", contando, en primer lugar, con "la decisión de los pueblos" (6). IV Aquella decisión, en vez de disminuir, aumentó y llegó a su pe– ríodo álgido, con la situación aflictiva e insostenible en que la ca– pital vióse por efecto del sitio, y que Cochrane, con razón, calificó de desesperante (7). El descontento hízose enorme. Y, como sucede siempre -sobre todo en oportunidades que ofrecen satisfacer el an– helo público de tener la posibilidad de comparar y la necesidad de escoger- el pueblo dio en ansiar la venida pronta de San Martín, y aun empezó a llamarle secretamente, seguro de que su ingreso sería el único remedio a sus calamidades y miserias; y comenzó, ya sin te- (4) Memorias pág. 56, ed. cit.- Hablando de las indiadas del Centro, el famoso general es todavía más explícito: "Las de Cangallo, Huanta y toda la frontera .de Omas y Pampas, se distinguieron particularmente, dice, por una cooperación belicosa y entusiasta"; y añade, en un arranque de admiración Y justicia supremas: "Ninguno de ellos se rindió" ... Cierto, todos, todos, mu– rieron o se mantuvieron irreductibles por la causa de su patria. - Ed. cit., pág. 105. (5) Revista Nacional de Buenos Aires, vol. VIII, pág. 135. (6) Comunicación inserta íntegramente en el t. II de la obra de Bulnes, en la nota pertinente a las págs. 40 a 51. (7) Monopolizando el mérito para sí, asienta el vicealmirante que "Lima estaba a punto de ser rendida por hambre": ¿por quién? Por la "escuadra''. Memorias, págs. 135 y 137, passim. Quiere así atribuirse totalmente, la eficacia del bloqueo . Sabemos bien que la posición geográfica de esa capital hace insuficiente.cualquier bloqueo meramente marítimo, porque puede fácilmente ser ~bastecida por la sierra . El hambre de ese tiempo reivindica, pues, para la historia, la acción eficiente del ejército, y, más que todo, de las guerrillas patriotas, todas constituidas por naturales del territorio, como es de suponer.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx