Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

CAPITULO IV LA OPINION EN LIMA (conclusión) I La contestación de La Serna, saturada de orgullo; ostentosa de una filosofía sui generis, de garito y de cuartel; y tan soberanamente despectiva, cuanto ceñuda y seca, nada quiso resolver, ni resolvía; y antes bien alentaba la insolente agresividad de la soldadesca blo– queada, que, por su parte, apresuróse también a contestar la nota del ayuntamiento. En una representación dirigida al virrey, inspirada por la ira, dictada por el orgullo y suscrita por todos los jefes españoles pre– sentes en Lima, protestaron éstos contra las imputaciones que la nota del cabildo hacía al ejército a cuyo fervor se atribuía la devasta– ción imperante; la pérdida de ganados, sementeras y frutos; y de quien se afirmaba no haber respetado siquiera el último resto de las propiedades rurales, sino, al contrario, barrido y acabado con ellas, sin perdonar "a los bueyes que surcan la tierra". Tacharon la nota del cabildo con calificativos irrespetuosos; tildaron de criminales a sus suscriptores; exigieron de éstos una amplia satisfacción; y del virrey, severa e inmediata justicia; y concluyeron estableciendo que, si el magistrado supremo no les discerniese esta última, ellos mis– mos practicarían lo necesario para demostrar que " no impunemen· te podrían los artevidos lisonjearse de haber mancillado el honor del ejército realista". II Tan imprudente arranque intensificó la antipatía y ahondó la división ya pronunciada en el ánimo del pueblo, naturalmente de– clarado en favor del cabildo, respecto del elemento militar hispano, en quien aquél personificaba las causas de todas sus calamidades y miser ias; y sirvió admirablemente los planes y propósitos del general pa,triota, quien, como tan t as veces h emos dicho, solía descender

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