Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

CAPITULO V RETIRADA REALISTA.- SUS PREPARATIVOS.- SALIDA DE CANTERAC I La medida radical, adoptada por La Serna después de dilatadas y detenidas deliberaciones con el núcleo escogido de sus jefes, medi– da pacientemente concebida, minuciosamente preparada, y ejecuta– da con destreza y decisión dignas de honrar al más distinguido y consumado estratega fue (ya lo sabe el lector) la evacuación de la capital y la retirada a la salubre y abundante zona de la sierra. Se hallará, a primera vista, inexplicable que La Serna, con un ejército de casi ocho mil hombres (1), de los que había seis mil en Lima y como dos mil en el Callao, se considerase impotente, ora pa– ra batir a San Martín, ora para sostenerse, frente a este último, en posesión de la capital; se entretuviese en negociaciones sin propósito ~incero, y, por eso mismo, sin resultado positivo; determinase efec– tuar la evacuación, internándose más allá de la cordillera occidental; y ofrendase, con ello, a sus adversarios una ocupación barata e in– cruenta del emporio colonial que así en poder de ellos abandonaba. Pero es lo cierto que, según lo manifestado en los capítulos pre– cedentes, la situación del ejército realista, como la del vecindario eapitolino en general, era, por aquellos días, incontenible, deses- perada. · II El extraordinario alivio proporcionado a la población limense y a sus ocupantes por la introducción de algunos víveres acordada con la última prórrogn del armisticio, no sólo resultó tardía, por la se- (1) Canterac partió con cerca de cuatro mil hombres; La Serna, con cer– ca de ~os mil; ~ dos mil quedaron en el Callao. Alguien ha afirmado que estas cifras no mcluyen a los enfermos que, por su situación hubieron de permanecer en los hospitales. Ya se detallarán las precedentes' cifras.

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