Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
RETIRADA REALISTA 341 los que permite la mera defensa de una ciudad situada de modo muy contrario a las operaciones militares (p). Vacilante, muchos días, de si abandonaría a un pueblo que, por tantas razones, apre· ciaré siempre; o si trataría de defenderlo a toda costa: quedándo· me yo mismo sepultado para siempre entre sus ruinas y sus cadá· veres, tuve que ceder, por último, al deber y obligación del hom· bre público. Así que me fue forzoso desprenderme del cuerpo de tropas que marchó con el señor general Canterac, para asegurar las provincias del Alzo Perú, amenazadas (?); y, por lo tanto, tendré tal vez que operar por algún tiempo, con el resto, fuera de la ciu· dad y sus inmediaciones; lo que me obliga a depositar lo que me podrá ser embarazoso, en la plaza del Callao, a fin de que se ha· llen prontas las tropas para acudir al punto que sea necesario, y pa.ra moverse en la dirección oportuna, en más o menos distancia, según convenga.- Este plan, que debería ser secreto en otras cir– cunstancias, me apresuro a comunicároslo, para que hallen preve– nidos y dispuestos los que quieran acogerse al fuerte del Callao, o a donde mejor les parezca, si llega el caso de que, en alguno de los movimientos indicados, logran los enemigos entrar en la ciudad, cuya posesión no puede ser de mucha duración.- Entre las medi· das de gobierno, he adoptado la de delegar el mando político y mi· litar en el señor conde de Valle-Oselle ( 4), digno patricio y español, cuya sola opinión pública es bastante para infundir consuelos y evitar trastornos". "Habitantes de Lima:- No correspondería al amor y aprecio que tengo hacia vosotros, si no os aconsejase el orden, la pruden– cia y el juicio que en tales casos se debe observar; como, igualmen– te, la necesidad de conformarme con los acontecimientos que so– brevengan, que, repito no pueden ser de mucha duración. Y o es– pero que a las muchas pruebas de amor y respeto que teneis da– das a las leyes, al gobierno y a sus representantes, añadireis la 'de justos y pacíficos, unos con otros". III Era la primera vez que un virrey del Perú se dirigía al pueblo en semejantes términos, rompiendo con la reserva tradicional de los negocios de Estado, y comunicando, al contrario, sus propósitos y (3) Concepto que comprendió y aprovechó muy bien el genio de Bolívar y que olvidaron, entonces, San Martín, y, después todos los estrategas poste: riores, muy especialmente, el empecinado Piérola. (4) A la vez marqués de Montemira.
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