Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
PASIVIDAD E INACCION 25 Otros, al contrario, conceden a esa inacción la más capital im– portancia. El general don Rudecindo Alvarado afirma " no haber en– contrado a San Martín, en ocasión alguna más grande que entonces; y pedía "a la pluma" del general Jerónimo Espejo, conmilitón del uno y del otro patricio, "el verdadero colorido para el cuadro que pre– sentó el ejército en el cantón de Huaura, devorado de una epidemia, en que la constancia y el heroísmo se elevaron a la más alta prueba". "Nunca, dice, mostró San Martín más genio, ora inundando a Lima y sus inmediaciones de partidas de guerrilleros; ora ocultando al enemigo su positiva debilidad; ora emprendiendo sobre la sierra con espectros, en lugar de hombres o soldados; ora, en fin, con negocia– ciones e intrigas, que dieron tiempo para superar aquella espantosa situación".- "No recuerdo, termina, aquella tristísima época, sin un tributo de admiración hacia nuestro general" (9) . El invitado, por su parte 1 esquivó el tratar de la pasividad de su jefe en Huaura; y se limitó a refutar esa misma inculpación respec– to del período perdido en Lima, pintando el cual desahoga su furia contra Riva Agüero y sus adeptos, calumniándolos inmerecidamente; es decir, dando a entender que la oposición y la guerra suscitadas contra Monteagudo, eran, esencialmente, oposición y guerra levanta– da contra San Martín (10). Asienta Espejo que, si San Martín demoraba en activar las ope– raciones militares, ello exclusivamente debíase "al patriótico empeño de continuar la guerra y aun terminarla, pero de un modo seguro, ba– jo de un plan combinado con las trópas de Colombia'' ( 11) .- "Con motivo, dice, del transcurso que nuestro ejército pasó en la inac– ción -y que sería como de ocho meses desde la toma de Lima (12)– algunos censuraban al general San Martín, y aun lo hicieron des– pués por la prensa, diciéndole haberse entregado a la molicie"; pero, "en ese espacio de tiempo, que sirvió a nuestras tropas como de des– canso o convalecencia de la epidemia que las había diezmado, no se aumentaron ni engrosaron los cuerpos ( 13); y, de consiguiente, estaban en la impotencia de operar activamente sobre el enemigo" (14). (9) Carta inserta en el t . 11, núm. VIII, de la Revista de Buenos Aires, págs. 521 y 522, nota núrn. 23. (10) Id. id., págs. 530 a 534. (11) Id . id ., pág. 522. (12) Falso: hemos visto que ese tiempo fue de más de un año y nueve meses. (13) Falso asimismo: los cuerpos habían amnentado y engrosádose con– siderablemente, como ya se expuso antes, y como se expondrá después. (14) Artículo, de dicho Espejo, intitulado "Campaña a intermedios" apud Revista de Buenos Aires, núm. VIII, t. 11, págs 521 y 522. '
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